Cine de crisis

El cineasta Ken Loach vuelve a exponer el drama social en la cinta ganadora de la Palma de Oro 2016, que llega el jueves

Edición Impresa

Hace un año, el británico Ken Loach cumplió ochenta años y, casi a la vez, el Festival de Cannes le daba la Palma de Oro por “Yo, Daniel Blake”, una cinta que es “la” película sobre la crisis, según su guionista, Paul Laverty, que destaca “el intacto espíritu de resistencia” del cineasta.

“Está delgadito como un galgo y a pesar de esos 80 años está fenomenal, todavía está estupendo, muy en forma, y con la misma curiosidad de siempre; es, todo él, puro espíritu de resistencia”, afirma el guionista habitual del maestro británico.

En unos días, desde el jueves, la película llegará a los cines nacionales y su público, en opinión de Laverty, volverá a recuperar al Loach más “sensible, más retador y más resistente”: “Lo importante -dice- es mantener la dignidad”.

Bajo esta sencilla premisa se mueve toda la cinta. O más bien, se coreografía, porque “Yo, Daniel Blake” es un grito orquestado desde el corazón de quienes sienten en su piel los efectos de los recortes, de la pobreza, de la sinrazón de los métodos administrativos y de la exclusión por ser mayor, ser mujer, no ser blanco o ser pobre. Y da en la tecla.

“La verdad es que lo más difícil al empezar un guión es la elección de la premisa y de los personajes, pero a eso se llega después de un largo proceso de investigación que, en mi caso, consiste en escuchar a la gente antes de escribir. Y eso hice”, explica el guionista, que visitó bancos de alimentos -quizá, una de las escenas más impactantes de la película-, y observó a todo tipo de personas mientras hacían sus labores cotidianas. También habló con expertos, pero hasta que no acudió a los job centers (oficinas donde se brinda empleo a los desocupados en Europa) no sintió que tenía los datos.

“Vi gente de verdad con hambre de verdad, gente eligiendo entre calefacción y comida; era tan básico como el hombre primitivo buscando refugio, comida y calor. Y esto estaba pasando en un país que es el quinto mas rico del mundo”, se indigna el guionista de “El viento que agita la cebada” (2006).

En su opinión, Loach lucha en esta cinta contra estereotipos como que el 25 % de los que reclaman ayuda lo hacen de manera fraudulenta y, lo más importante, “demostrar la perversidad del sistema que culpa a las víctimas de su situación”. “Esto es una elección política”, considera. Y añade que “como ciudadanos tenemos que informarnos y reclamar; si no lo hacemos -advierte-, luego nos salen fenómenos como Donald Trump, en EEUU, o Jean-Maríe Le Pen, en Francia, o esos peligrosos neonazis de Alemania. Esta es otra reflexión de ‘Yo, Daniel Blake’”.

“Yo, Daniel Blake” es un grito orquestado desde el corazón de quienes sienten en su piel los efectos de los recortes, de la pobreza, de la sinrazón de los métodos administrativos y de la exclusión por ser mayor, ser mujer o ser pobre

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE