El largo y difícil parto de alumbrar las listas para llegar a las PASO

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Ya está. Las listas están cerradas y los precandidatos que aspiran a ocupar cargos legislativos -desde la Cámara de Senadores de la Nación, hasta el último concejo escolar del pueblo más alejado del país- ya tienen nombre y apellido.

El parto fue largo y difícil. La “rosca” se extendió hasta bien entrada la noche y, en algunos casos, hasta minutos antes nomás de la medianoche, hora en la que vencieron todos los plazos.

Pase y lea. Pase y vea. En las próximas páginas hay candidatos para todos los gustos. Oficialistas y opositores. Librepensadores y militantes.

La Democracia cumplió, una vez más, con uno de los requerimientos necesarios para llegar a las elecciones de octubre, previo paso por las internas abiertas de agosto.

Ahora, desde el primer minuto de este domingo 25 de junio, empieza a correr el tiempo de los que están de este lado del mostrador. El tiempo de los que eligen, de los que ponen el voto, que no es poco.

Llegarán ahora los discursos. Volverán, seguramente, los políticos a hablar de los males que dejaron los que se fueron y desde la otra vereda responderán lo que pondrán la mira en los males que crearon los que llegaron. Ninguna novedad por ese lado.

La gente “de a pie”, mientras tanto, seguirá preocupada por parar la olla hasta fin de mes, o por conseguir un trabajo más o menos digno. Los que caminan por las benditas calles de este país -especialmente los que gastan suela de zapato en las grandes urbes- querrán saber quien se cree capacitado para ponerle el cascabel al gato de la inseguridad, o al de la corrupción, o al de la falta de Justicia. Y lo que es muchísimo más importante aun, querrá saber cómo piensan hacerlo desde un cargo legislativo.

La gente “de a pie”, mientras tanto, seguirá preocupada por averiguar como hacer para parar la olla hasta fin de mes

Elecciones de medio termino, se llaman. En estas tierras se leen como un plebiscito sobre la gestión de quienes están en el poder desde diciembre de 2015. Buenos Aires, la Provincia, es el gran elector. Aquí, entre nosotros, seguramente se dirimirá gran parte del futuro político del país, al menos, por los próximos dos años.

Aquí votan más de doce millones de personas. No es necesario que todos se transformen en expertos en política. Alcanza, sencillamente, con que al menos se preocupen por saber quienes son los que prometen trabajar por ellos.

 

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