Temer salió a defenderse de las denuncias: “Es una gran infamia”
Edición Impresa | 28 de Junio de 2017 | 01:44

SAN PABLO.- El presidente de Brasil, Michel Temer, afirmó ayer ser víctima de una “gran infamia” y arremetió duramente contra el fiscal general, Rodrigo Janot, quien el lunes presentó una denuncia contra el mandatario por el supuesto delito de corrupción pasiva.
Acompañado por ministros y legisladores, Temer volvió a aferrarse al poder y aseguró que tiene una “preocupación mínima” con la denuncia, a la que consideró “una pieza de ficción” sin fundamentos jurídicos.
“No permitiré que me acusen de crímenes que jamás cometí”, dijo Temer en una declaración pública en el palacio de Planalto, sede del Ejecutivo en Brasilia. Y pidió “pruebas concretas” al fiscal general.
Janot sustentó su denuncia en las confesiones realizadas por directivos del grupo JBS, que lo involucran en diversas y graves irregularidades. En la denuncia, Janot afirma que, “entre los meses de marzo y abril” de este año, “con voluntad libre y consciente”, Temer “recibió para sí, por medio del ex asesor) Rodrigo Rocha Loures”, ya preso por presunta corrupción, “la ventaja indebida de 500.000 reales” (unos 150.000 dólares).
Ese monto habría sido “ofertado” por Joesley Batista, uno de los dueños de la multinacional cárnica JBS, a quien Temer volvió a calificar de “delincuente”.
“VICTIMA DE UN ATAQUE”
Temer, en su primer pronunciamiento tras la denuncia, rebatió los argumentos del fiscal general, resaltó la “inexistencia de pruebas” y declaró que es “víctima” de un “ataque injurioso, indigno e infame” a su “dignidad personal”. Asimismo cargó contra Janot al señalar que uno de sus antiguos colaboradores gana “millones” en un estudio jurídico que defiende a los dueños de JBS y que además pactó el acuerdo de cooperación judicial de esa firma.
“Este señor, Marcelo Miller (antiguo asesor de Janot), ha ganado millones en su nuevo trabajo” e ironizó: “En las nuevas leyes penales inventadas por el fiscal, podríamos concluir que tal vez esos millones no fueron sólo para él” y podrían haber beneficiado incluso a Janot.
Sin embargo, aclaró que en su condición de abogado y “hombre responsable” no puede “hacer inferencias” ni “acusar a alguien sin pruebas”, como sostuvo que el fiscal general hizo con él.
El mandatario dijo hablar “en nombre de la institución de la presidencia” y en defensa de su “dignidad personal” y advirtió: “No permitiré que me acusen de crímenes que jamás cometí. No cederé frente a ataques irresponsables. Me sobra coraje para seguir trabajando en la reconstrucción del país”. “Quieren parar al país y al Congreso, y no lo lograrán”, proclamó. (EFE)
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