El caso que fue un punto de inflexión
Edición Impresa | 5 de Junio de 2017 | 03:04

Octubre de 2016 marcó un antes y después para Melchor Romero. Por entonces, mataron a Marcela Ayala (49), una telefonista del hospital Alejandro Korn que también era dueña de un kiosco. Ocurrió en 519 entre 170 y 171. Fue un caso que conmovió y llegó a movilizar a la localidad.
La crónica es recordada: dos delincuentes entraron por una pequeña abertura sin rejas, empezaron a revisar todo lo que tenían a mano y se toparon con Marcela que se despertó y los tuvo enfrente. Se sospecha que, ante la posibilidad de que ella los conociera y delatara, la mataron de un balazo en el pecho.
El episodio motivó marchas vecinales en reclamo de Justicia. Aunque la policía capturó tiempo después a dos sospechosos -en el barrio “las 4 Manzanas” dicen que sólo queda un preso-, el clima de miedo y preocupación se mantuvo.
Tal vez sin un resultado tan trágico, los casos se repitieron uno tras otro, hasta llegar al escenario actual en el que ya resulta raro que pasen 24 horas sin que algún vecino avise que le robaron de alguna manera.
Hay casos testigo, como el de un adolescente de 17 años que vive sobre 523, al que ya le robaron dos veces en pocos meses. Primero, le sacaron la moto a punta de pistola y tuvo que pagar 500 pesos como “rescate” para recuperarla. Después, lo abordaron una noche cuando volvía de clases, para sacarle la mochila. Desde entonces, evita a toda costa salir a la calle cuando oscurece.
Su medida de prevención es la que se adoptó en todo ese barrio. “Desde las 21 no ves a nadie”, asumen todos.
La seguridad, por estos días, pareciera ser privativa de quienes pueden pagarla. “Hay negocios sobre la 520 que tienen custodia siempre porque ponen plata. Pero en el barrio, que es donde pasa todo esto, no vemos nunca al patrullero”, se quejan.
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