Crece el debate sobre cómo combatir el déficit fiscal

La defensa a ultranza del gradualismo para reducir el déficit fiscal fue el común denominador de las exposiciones de la dirigencia oficialista en el Congreso del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) que finalizó ayer.

Así lo expresaron en la segunda jornada del encuentro el ministro de Finanzas, Luis Caputo, y el jefe del bloque de Diputados del PRO, Nicolás Massot, que se sumaron a lo expresado el martes por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Las cuatro postura en defensa del gradualismo se hicieron públicas luego de que, en el mismo ámbito, el ex presidente del Banco Nación, Carlos Melconian, criticara, precisamente, lo que denominó “hipergradualismo hormiga”. Caputo admitió que la Argentina tiene “un déficit fiscal muy alto” por lo que el Gobierno quiere “encontrar un equilibrio”, aunque reiteró que lo hará “de forma gradual” por “un tema de responsabilidad social”.

“El círculo rojo nos critica por no hacer un ajuste más violento y la oposición nos acusa de ajustadores y la realidad no está en ninguno de los dos casos”, sentenció el funcionario.En tanto, Massot dijo que “el combate” del Gobierno para bajar ese déficit “es con el gasto en subsidios” a la energía y el transporte y controlando “los déficit provinciales y municipales”, en los que apuntó “al empleo público”.

Massot recalcó que “lo más importante no es condenar el déficit fiscal en sí mismo sino discutir cómo se financia” y resaltó que “el gradualismo es apostar que el crecimiento licúe al déficit”.

“La confianza ya la estamos encontrando, pero falta la rentabilidad”, apuntó el diputado del PRO, quien por otra parte destacó que existe “predisposición” del presidente Mauricio Macri y de todo el Gobierno de “llegar a un acuerdo a largo plazo” entre los distintos partidos políticos.

Sin embargo no faltaron nuevas voces críticas y el diputado del bloque Justicialista Diego Bossio afirmó que “es insostenible una Argentina con siete puntos de déficit fiscal”.