Llegan grandes recitales, pero falta la infraestructura turística
Edición Impresa | 10 de Julio de 2017 | 02:32

En materia de recitales, La Plata es ya una plaza consolidada en Latinoamérica. El particular diseño del Estadio Único -unánimemente elogiado a la hora de evaluar el punto de vista de los espectadores-, su capacidad y su ubicación seducen a quienes producen las giras de estrellas tan brillantes como Paul McCartney, los Rolling Stones, Pearl Jam, Metallica, Ed Sheeran o Britney Spears entre muchos otros. Sin embargo, la infraestructura turística local sigue sin ponerse a la altura de esa agenda rutilante.
En lo que queda del año y los comienzos de 2018, el coliseo de 32 y 25 albergará los conciertos, nada menos, de Guns’N’Roses y The Who, U2 -por partida doble-, Bruno Mars, Coldplay y Depeche Mode. Bandas y solistas de primer nivel que atraerán hasta Tolosa más de 300 mil visitantes.
El primero de los recitales que asoma en el horizonte es el que compartirán el inefable Axl Rose y los suyos con los veteranas leyendas de The Who, el domingo 1 de octubre. Luego será el turno de Bono Vox y los irlandeses de U2, con el ex Oasis Noel Gallagher como telonero, el martes 10 y miércoles 11 del mismo mes.
La seguidilla continuará el martes 14 de noviembre, cuando los ingleses de Coldplay finalicen su prolongadísima gira “A head full of dreams tour” en el mismo lugar en el que la iniciaron el 31 de marzo de 2016. Y once días después, el sábado 25, la sensación pop Bruno Mars presentará su disco “24K Magic” con DNCE, el grupo de la ex estrella juvenil Joe Jonas, como aperitivo.
La saga de megarecitales confirmados para el corto plazo en suelo platense, por ahora, se cerrará el sábado 24 de marzo de 2018 con los héroes del tecno-rock Depeche Mode.
PROMOCIÓN TURÍSTICA
Más allá de que los músicos y buena parte de su staff regresen tras los shows a hoteles porteños, el arribo de multitudes desde todo el país -y en ocasiones desde países vecinos- ofrece chances inmejorables para generarle a la Ciudad ingresos que vayan más allá de los puestos de comida y bebida al paso que se montan en las inmediaciones del Estadio.
Hace cinco años, cuando se dio el primer desembarco platense de U2, el líder del grupo se desmarcó del habitual “¡Hola, Buenos Aires!” con que saluda la mayoría de los rockeros para acotar que se hallaba “donde las calles no tienen nombre”, en alusión a uno de sus mayores hits.
Ese guiño de Bono fue una de las escasas alusiones a la ciudad anfitriona en el contexto del evento. Escasearon, y lo siguen haciendo en situaciones similares, la cartelería turística, la entrega de folletería, la publicidad audiovisual o estática, los stands de atención al visitante y en general cualquier mecanismo o estrategia que apueste a seducir y retener a los fanáticos; sobre todo a aquellos que llegan desde lejos y asisten a más de uno de los shows programados. No son pocos los que ya tienen entradas para ambas citas platenses con U2.
La módica cantidad de plazas de alojamiento disponibles también es un obstáculo recurrente a la hora de las grandes convocatorias -no sólo los recitales; lo fue cuando se disputaron partidos por la Copa América de fútbol de 2011-. De acuerdo con las estimaciones oficiales más recientes, la ciudad cuenta con unas 2.500 camas, distribuidas en su mayoría entre hoteles, hostels y alojamientos informales.
En 2012, los datos de la Comuna contabilizaban 1.137 plazas distribuidas en una veintena de hoteles. Desde entonces, los mega-proyectos de alta gama que se insinuaron en el rubro -al menos media docena- permanecen con escasos avances y lejanos a ser inaugurados.
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