Pintan un mural en Medicina para recordar a la estudiante asesinada

Un grupo de compañeros de Emma Córdoba, la estudiante de Medicina asesinada el sábado pasado en su casa de Punta Lara, tras un brutal ataque sexual, comenzó a realizar un mural en su memoria, a un costado de la entrada principal a esa facultad, en la avenida 60 casi 120.

Bajo la consigna de “Ni una Menos” y, además con un texto que la joven “publicó en su cuenta de Facebook hace sólo un mes”, sus amigos volvieron a demostrar que no dejan de pensar en ella y que quieren usar este caso como bandera para reclamar justicia.

Según reveló a EL DIA una chica que estaba -junto a muchos otros- observando el trabajo en esa pared, “será una carta a la vida”.

Todos tuvieron palabras elogiosas hacia Emma, a quien, indicaron, “la conocimos de tenerla como ayudante en la cátedra de Biología”.

Por este caso, hay otra joven que resultó herida y que se repone de sus padecimientos físicos y psicológicos en el hospital Cestino de Ensenada.

Precisamente, en declaraciones a la prensa, Horacio, el padre de Emma, confirmó que se estaría muy cerca del alta médica, más allá de que seguirá necesitando del apoyo y el cariño de sus familiares y seres queridos.

Ayer la fiscal que tiene a su cargo la causa, Virginia Bravo, le volvió a tomar declaración en ese centro asistencial y de sus palabras se confirmó la hipótesis principal que persigue la investigación: que el autor de la salvaje agresión no sería otro que Ariel Osvaldo Andrés Báez (23).

“Señaló a `Ari` y dio otros detalles de singular interés para el avance del proceso”, explicó un vocero de tribunales a este diario.

EL ACUSADO PLANTO UNA COaRTADA

Como se recordará, Báez amplió el miércoles último su declaración y plantó una coartada, ya que ubicó en la escena a otro joven del barriro Piria apodado “Johny”, de quien no brindó más datos.

De acuerdo a sus dichos, esa persona lo habría llevado en un Chevrolet Astra negro desde un kiosco cercano, al que fueron a comprar la cerveza, hasta su casa y al que volvió a verlo más tarde cuando le dijo “guacho, la re cagué, andate, andate”.

Poco después, estando con su esposa y su bebé de un mes y cuatro días, vio por la ventana que la vivienda de al lado se estaba prendiendo fuego y que “estaba lleno de bomberos y policías”, quienes se metieron en su domicilio y lo arrestaron.

Por último, a instancias de su abogado defensor, Lucas Alberto Bianco, solicitó que se le realice una prueba de ADN para demostrar “su completa inocencia”.

Según consta en el expediente, el autor del ataque ingresó armado al domicilio donde estaba Emma y su amiga, en 126 entre 5 y 7, donde las soprendió en la planta alta y primero le habló de su ex novio: “Ahora va a aprender a no meterse conmigo”, sostuvo sin decir por qué.

En ese momento, bajo amenzas, las obligó a sacarse la ropa y a iniciar una serie de tocamientos entre ellas.

A Emma la ató con un cinturón sobre una cama, le sujetó los pies y la amordazó con una remera, para después llevar a la amiga a ese lugar, donde la golpeó y violó.

Como Emma, pese a estar casi inmovilizada, se resistió, siguió agrediendo con furia a ambas y las envolvió con una sábana, a la que roció con aerosol e intentó prender fuego con un encendedor.

Acto seguido, las llevó hacia la parte de abajo de la finca, donde las atacó con una pala.

Producto de esos golpes, Emma murió y la amiga se salvó de milagro. El delincuente se llevó distintos objetos de valor de la escena y escapó.