Un platense figura en la lista de prófugos de Interpol por un abuso

Diego Marcelo Montolivo, que es oriundo de nuestra ciudad, fue un hombre destacado en el ámbito musical: productor, crítico en radios y revistas y líder de distintas bandas punk. Pero detrás de su faceta pública se escondía un abusador que acosó y violó a su hijastra durante muchos años. Al menos así lo entendió la Justicia argentina, que acaba de confirmar, en febrero pasado, una condena de ocho años de cárcel por el delito de “abuso sexual agravado por ser gravemente ultrajante y por aprovechar la convivencia preexistente con la víctima en calidad de autor”.

Según pudo saber este diario, la Corte Suprema de la Nación es la que acaba de dejar firme la sentencia, aunque Montolivo se fugó antes y pasó a estar dentro de la lista de personas con pedido de captura de Interpol.

La víctima, todavía adolescente, no se animaba a denunciarlo por temor a que se cumplieran las amenazas de su agresor. Pero a los 17 años le pidió ayuda a su madre y, tras un largo proceso judicial, que comenzó en 2012, terminó con la condena.

Cabe destacar que Montolivo es un hombre muy conocido en el negocio musical.

Comenzó su carrera en los 80 como parte de la segunda generación del punk argentino.

Su banda Los Baraja integró el compilado Invasión 88, en el que se dieron a conocer grupos como Attaque 77 y Flema.

Después fue guitarrista de Celeste y La Generación, se sumó brevemente a Los Visitantes y en los 90 lideró Medusa.

Por ese entonces su perfil se amplió hacia otras áreas de la industria, al punto que se convirtió en uno de los impulsores de sellos como Ultrapop y Discos Voladores.

Luego trabajó en BMG y en Musimundo. Y desde 2004 era director artístico y productor musical en Music Brokers, sello que tuvo gran éxito comercial con compilados como Bossa N’ Stones.

También fue periodista y crítico musical: escribió en Rolling Stone, Los Inrockuptibles y Página/12, entre otros medios.

Como se dijo, la causa en la que se halló culpable a Montolivo tiene inicio en febrero de 2012.

En ese entonces la víctima de los abusos tenía 17 años, de manera que le pidió a su madre, Verónica N. -que fue pareja de Montolivo durante una década- que efectuara una denuncia formal por los abusos que había sufrido desde que tenía 8 años.

El expediente refleja las pruebas que llevaron al Tribunal Oral Nº 10 a condenar con ocho años de prisión al acusado. Ahora lo buscan por todas partes del mundo.