María Elena Walsh se da cita en City Bell

En el Teatro de Cámara, se abre hoy el Festival que rinde homenaje a la emblemática poeta

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Desde hoy y hasta el domingo 30 de julio, el Teatro de Cámara de City Bell -diagonal Urquiza entre 462 y 464- será escenario del Festival María Elena Walsh, una alternativa colorida, didáctica y divertida para estas vacaciones de invierno, con la que se busca seguir difundiendo y disfrutando el vasto mundo de esta emblemática poeta, escritora, música, cantautora, compositora y dramaturga.

La propuesta incluye como atractivo principal la presentación de la obra musical y teatral “El viaje de Chaucha y Palito”, con funciones diarias a las 16.30.

Este “viaje” es una llamada a reencontrarnos con aquello que forjó nuestra infancia y que invita a la niñez de nuestros hijos a crecer racional y perceptivamente desde otra quimera. El lenguaje que utiliza María Elena Walsh es la piedra angular de todas sus creaciones. Las metáforas, el ejercicio del doble sentido y la picardía, la incorporación en el niño de una gama de palabras nuevas, abren las puertas a que el espectador encuentre dentro de sí el ingenio, la posibilidad de romper con la estructura de lo dicho, del deber y del actuar, para aprender a imaginar e innovar.

La puesta en escena y la dirección general le corresponden a Alberto Jáuregui Lorda. Participan Enzo Sánchez (Chaucha) y Ernestina Garay (Palito) en actuación y canto, el pianista Alberto Guglielmino, quien además está a cargo de los arreglos musicales, y el percusionista Lucio Osorio. El diseño de escenografía y vestuario es de Zacarías Gianni, la iluminación de Gustavo Demarco y la producción audiovisual de Marton Tejo.

Asimismo, los sábados 22 y 29 de julio se realizarán conciertos de sus recordadas canciones “para adultos”, a las 21, y la narración oral de algunos de sus cuentos, a las 18.

Los organizadores de este Festival vienen trabajando con María Elena Walsh desde 2012, presentando las obras “Canciones para mirar”, “Doña Disparate y Bambuco” y “Chaucha y Palito” en escenarios tanto comunitarios como comerciales, dentro y fuera del país, constatando que María Elena Walsh es parte de nuestra identidad más profunda y, a la vez, capaz de traspasar fronteras generacionales y culturales.

En los iconoclastas años ‘60, María Elena Walsh cambió definitivamente la forma de hacer arte para los chicos, sin subestimarlos y apostando a su inteligencia, sensibilidad e imaginación. Sus canciones, que se mantienen absolutamente vigente desde entonces, marcaron felizmente la infancia de varias generaciones de argentinos; en realidad, habría que decir que sus creaciones anulan la distinción entre obras “para adultos” y “para niños”.

 

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