Una idea que está en proceso

Todo está por verse en Gimnasia, o casi todo. El desembarco de Mariano Soso como entrenador significó un verdadero sacudón. Primero, porque se trata de un entrenador joven, sin antecedentes en el fútbol argentino de Primera; segundo, porque habló poquito, casi nada. Ni en su presentación oficial, en el predio deportivo de Estancia Chica, ni las veces que habló en la concentración de Cardales, donde se concentró con un plantel elegido dejando afuera a varios que se quedaron entrenando en Abasto o directamente fueron invitados a desvincularse.

La salida de Sebastián Romero fue una verdadera bomba, que explotó ni bien se dejó trascender la determinación, y con menor ruido se produjo el desplazamiento de otros jugadores que no fueron considerados para un proyecto futbolístico que a menos de un mes de la nueva temporada oficial muestra una serie de interrogantes. La intención de afirmar una idea en la que el protagonismo es la bandera, está claro que es el punto uno del discurso de Soso. Pero enseguida, aparece la primera duda: ¿Le alcanza con el material del cual dispone a esta altura?

“La limitación de refuerzos a cuatro jugadores nos complicó, ya que para darle forma a la idea original se había analizado un número algo superior. Igual, confiamos en los que traiga la CD”

El optimismo reina en cada uno de los testimonios que se escuchan, y se limitan por lo general a entrevistas aceptadas por Mariano Soso, como director técnico del equipo, y Gabriel Pellegrino, en su rol de presidente. La buena recepción que encontró en el grupo, y la dedicación que todos y cada uno de los jugadores muestra en cada jornada de trabajo, es el tema preferido del técnico, quien adelanta algo del buen fútbol que desea imponer en el equipo. El campeonato económico que empezó a jugar con la convocatoria de acreedores, y se dirige a lograr la recuperación económica total del club, el eje del titular.

En este marco, aparecen cuestiones que por lo menos llaman la atención. Como el costoso alojamiento de la delegación en Cardales, lugar elegido para realizar el primer tramo de la pretemporada, y el lamento de Soso cuando se enteró que Gimnasia podría realizar un máximo de cuatro contrataciones, número que dejó entrever no colmaba sus expectativas iniciales.

En medio de un notable hermetismo avanzó la actual previa de la esperada Superliga, encabezada por clubes que se están afirmando con transferencias verdaderamente millonarias. Empezando por Boca Juniors y River Plate, seguidos por los otros grandes.

Con un plantel corto, que dejó afuera a varios que la “lógica” indicaba podían ser parte, al menos como alternativas, y contrataciones que aún están por verse, da la sensación a esta altura de los acontecimientos que Gimnasia es poco menos que una caja de sorpresas en lo que -está claro- es la recta inicial de un proyecto futbolístico e institucional que pretende marcar el punto de partida de una nueva etapa.

Más allá de todo lo que no se dice, por lo bajo se da por seguro que tras la llegada de Nicolás Colazo, en la mira de los negociadores están un zaguero, un volante por derecha y un jugador de punta. La idea es dotar al equipo de una dinámica general que no mostró en toda la temporada que pasó.