Una mujer fue condenada a indemnizar a la amante de su marido

La Justicia dispuso que deberá pagarle 60 mil pesos por escracharla en su lugar de trabajo

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Semanas después de iniciar un romance con un cliente que le había dicho que estaba separado, una empleada bancaria fue increpada en su lugar de trabajo por la esposa de su novio que comenzó a difamarla a los gritos con el propósito de que la despidieran. Lejos de conseguirlo, el tiro le salió por la culata: en un fallo sin precedentes la Justicia mendocina condenó a la mujer por daño moral obligándola a pagar a la amante de su marido una importante indemnización.

La insólita historia -cuyos protagonistas se mantienen con reserva de identidad- comenzó en agosto de 2013 cuando la empleada bancaria aceptó la invitación a un café que le hizo un cliente y comenzó a salir con él sin ocultar la relación, ya que éste le había dicho que estaba separado y que su ex ya no vivía en el país. De hecho, como se comprobó más tarde durante el juicio, el hombre le presentó a su hija y hasta le ofreció un estacionamiento en la cochera de su edificio.

Un mes después de empezar a salir, cuando la relación parecía consolidarse, un episodio imprevisto desencadenó su fin: la supuesta ex, que en realidad era la esposa, regresó al país tras una estadía en Europa y encontró que su cochera estaba ocupada. Desesperado, el marido mandó al portero al banco a buscar las llaves del auto y avisarle a la chica que no apareciera por allí.

Tras recibir durante los días siguientes unas catorce llamadas con amenazas e insultos, la empleada fue sorprendida en el banco por la mujer de su novio, que comenzó a montar una escándalo en el lugar. Dispuesta a escracharla por haberse metido con su marido, la insultó frente a sus compañeros y pidió hablar con los directivos para que la despidieran. La chica le respondió con una demanda civil.

En un fallo sin precedentes, la jueza mendocina Rosana Moretti reconoció que la empleada bancaria no tenía conocimiento de la relación matrimonial de su amante, que “no existió voluntad de engañar”, ya que al comenzar la relación la chica era divorciada y el hombre “había estado muchos años separado físicamente de la esposa”, y que ésta última “actuó deliberadamente con la intención de causarle un daño moral”.

En virtud de ello, la magistrada condenó a la esposa a pagarle a la amante una indemnización de 60 mil pesos más intereses para resarcirla del daño que le causó.

 

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