Sexo en “Game of Thrones” ¿Gratuito o empoderador?

“Todo en el mundo se trata de sexo excepto el sexo. El sexo se trata de poder”: la máxima que pronunció Oscar Wilde y que popularizó Frank Underwood, el temible presidente de “House of Cards”, se encuentra en el eje de las telarañas políticas que están determinando el destino de Poniente en “Game of Thrones”: el sexo, en la serie de HBO, ¿empodera a la mujer o la muestra, meramente, como un objeto?

El sexo es omnipresente en la serie más pirateada de la historia, y lejos de ser gratuito, a menudo muy relevante para los acontecimientos narrados, pero tanta desnudez ha despertado, naturalmente, críticas a lo largo de la temporada. Y en rigor, seguramente algún desnudo ha ido más allá de lo necesario, no sólo en términos de que tal vez fuera irrelevante a la trama, sino, más importante, porque no son pocos quienes han argüido que a pesar de que la serie empodera cada vez más a sus personajes femeninos (hoy se enfrentan por el trono de hierro dos mujeres), en ocasiones han sido reducidas a cuerpos desnudos, objetos de deseo, particularmente en el caso de los personajes secundarios.

EMPODERAMIENTO

El exceso de desnudez femenina en relación a la masculina inició el debate en las redes sociales y se trasladó luego a los especialistas. Los creadores, anoticiados de las críticas, mostraron en las últimas temporadas más hombres como Dios los trajo al mundo, revelando que, efectivamente, el desbalance era real.

Pero el verdadero argumento que pueden esgrimir DB Weiss y David Benioff, quienes crearon la serie para TV a partir de los libros de George R.R. Martin, es que pechos más, pechos menos, la serie ha empoderado a sus personajes no sólo en términos políticos sino también, en el camino de estas mujeres hacia mayor poder, también a través del sexo y el deseo.

“A través de la evolución sexual de “la madre de dragones” encontramos una mujer fuerte, segura de sí misma y muy sexuada. Por otro lado, Cersei es astuta, inteligente y superviviente. Utiliza, usa y gusta de su sexualidad, la reina juega al juego de tronos a la misma altura que otros rivales masculinos en una sociedad altamente machista. Recordemos su frase: ‘En el juego de tronos, o ganas o mueres’”, le explicó Raquel Fernández, sexóloga, al sitio Mujer Hoy. Estos dos personajes son hoy centrales en la trama: en un mundo de hombres, son ellas quienes aspiran a gobernar los divididos Siete Reinos, dos mujeres que no dudan en utilizar su capital erótico para sus fines políticos (ya lo dijo Oscar Wilde...) y, además, disfrutar libremente de su sexualidad.

RUPTURA

Esa, señaló Fernández, es otra de las características del sexo en “Game of Thrones”: más allá de las cuestiones de género, la sexualidad en todo su espectro se muestra de manera natural, dionisíaca. La serie sirve como un muestrario de las posibilidades de la intimidad, desde el bondage y los tríos al incesto, a tal punto que la actriz Sophie Turner (Sansa Stark), que tenía 15 años al grabar la primera temporada del show, reconoció haber aprendido sobre sexo gracias a la serie.

El sexo de la serie es “rompedor”, destaca Fernández, quien celebra también el modo en que las relaciones homosexuales “están tratadas, con la máxima naturalidad. Una de las escenas cumbre y más sensuales es cuando Loras afeita el pecho de Renly. Tampoco podemos olvidarnos del reino de Dorne, abiertamente bisexual, o la sexualidad de Yara Greyjoy, continuamente puesta en entredicho”.

Pero más allá de estas rupturas que han transformado a la serie, un compendio de marginados, minorías y oprimidos (personas con discapacidad, mujeres, homosexuales, enanos, mancos, eunucos...) que tienen en sus manos el destino del mundo destruido por los varones hegemónicos, en uno de los programas televisivos más celebrados por la Academia y los colectivos militantes, el sexo casi siempre tiene un significado en la serie más allá. Incluso las criticadas escenas de violación o sexo fuerte operan como un evidente reflejo del estado del poder en el mundo de Poniente (y un llamado de atención para el nuestro): la serie refleja el uso del sexo como arma contra las mujeres en el caso de Cersei, Daenerys, Gilly y Sansa, víctimas de la violencia sexual como la manera genérica en la que la lucha por el poder se inscribe en el género femenino. Son a menudo momentos clave en la historia, determinantes para comprender como luego esos mismos personajes sometidos, las mujeres de “Game of Thrones”, resisten y reconfiguran esas relaciones de poder.