Misteriosos hundimientos en las calles de la ciudad

Por Nicolás Colombo

Si bien en publicaciones anteriores conté sobre los misteriosos hundimientos citados por el escritor Gualberto Reynal en diagonal 80, durante fines de la década de los '60 y principios de los '90, hubo otros casos de similares características.

El primero de estos hundimientos ocurrió en mayo de 2005 cuando cedió parte del adoquinado en la zona de diagonal 73 y 49. Comenzó como un desmoronamiento de unos 80 centímetros de diámetro en el empedrado, que terminó siendo de 15 metros de largo. Luego de dar aviso a las autoridades, unos operarios de ABSA llegaron al lugar y comprobaron que el derrumbe había sido causado al erosionarse el suelo, aunque sin señales de que esto se debiera a filtraciones de agua. Tras notar que hacia los lados de este hueco había unas continuaciones del “túnel”, la hipótesis más afianzada es que se trataba del sistema “de ventana”, usado hace más de 50 años para pasar cañerías por debajo de las calles sin tener que romperlas de punta a punta. Estos huecos para pasar las redes tenían unos 2 metros de ancho por 2 metros de alto.

Otro episodio de hundimiento del asfalto ocurrió a pocas cuadras de allí, en marzo de 2014. Vecinos de calle 49 entre 9 y 10 escucharon un potente ruido en horas de la mañana, y al salir a la calle se encontraron con un enorme pozo en medio de la calzada. “Pareciera que no tiene fondo”, comentó uno de los vecinos de la zona.

También en mayo de 2015, un auto que pasaba por la esquina de 15 y 61 fue “absorbido” por un enorme pozo de 2 metros de diámetro e igual profundidad, que se abrió cuando el vehículo transitaba sobre el empedrado. Un vecino declaró “es como si corriese un río por debajo de la calle”, mientras operarios de ABSA analizaban lo que parecía ser una filtración de la red cloacal, que socavó la tierra por debajo de la calle.