Sexo con robots Una “relación” con riesgos y beneficios
Edición Impresa | 6 de Julio de 2017 | 01:18

Las relaciones humanas con robots, incluidas las sexuales, parecían hasta ahora solo producto de la ciencia ficción o, más recientemente, de publicidades para un futuro incierto. Sin embargo, se aventura que esta posibilidad está ya vigente, y hasta que el sexo con robots puede generar “una revolución” al ayudar a personas con dificultades para tener relaciones íntimas.
Claro que, según analizan expertos en inteligencia artificial, también puede presentar “riesgos”, como el incremento de la cosificación de las mujeres, el aislamiento social o la alteración de la percepción en cuestiones de consentimiento.
Todo esto lo plantea un estudio realizado por la Fundación para la Responsabilidad Robótica (FRR), con sede en el Reino Unido, cuyo objetivo es presentar un sumario de las diversas opiniones sobre la interacción íntima entre humanos y artefactos tecnológicos.
Uno de los problemas encarados en el trabajo, titulado “Nuestro futuro sexual con robots”, tiene que ver con la percepción pública sobre la actualidad de estas máquinas en general.
“El sexo con robots es nuevo y pocas personas tuvieron encuentros con ellos de forma directa. La información que reciben proviene en su mayor parte de los programas de TV o películas de ciencia ficción”, explica el informe.
Sin embargo, la realidad es considerablemente diferente de su representación en este género. Estas máquinas están equipadas en la actualidad con sensores en todo el cuerpo, de forma tal que puedan responder cuando son tocadas, y a veces, la respuesta depende del rasgo de personalidad que se eligió para el robot sexual.
La mayoría de estos humanoides tiene funciones de movilidad, aunque aún ninguno camina; muchos de estos cuentan además con sistemas de inteligencia artificial, y sobre esta nueva experiencia el estudio pone el foco sobre algunas preocupaciones, tales como el impacto en la percepción de género y los estereotipos.
“No hay dudas de que crear una representación pornográfica de cuerpos femeninos en este tipo de máquinas puede contribuir a la cosificación de la mujer. No obstante, la gran pregunta es cuál es el impacto adicional que esto puede generar en la percepción de la sociedad, en el marco de una ya creciente industria para adultos que cosifica y mercantiliza”, señalan los especialistas.
Entre los aspectos positivos, para el sexólogo argentino Juan Carlos Kusnetzoff, por ejemplo, “este tipo de robots podría ayudar a que las personas con discapacidad motriz logren un acercamiento al sexo. Pero en Argentina el escenario de interacción con robots sexuales es aún apenas incipiente”.
En cambio, la fabricación y el uso de robots sexuales está en aumento en países como Japón, Estados Unidos e Inglaterra, y sus costos van desde los 5.000 a los 15.000 dólares, aunque se planifican precios más accesibles.
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