El regreso de un autor fundamental

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“Más allá de los libros, que a medida que los iba recibiendo veía que estaban muy bien, después la realización le da otro vuelo. Uno veía las escenas y se daba cuenta que es de esos directores que hacen la diferencia. Cualquier actor va a querer trabajar con un director así”: Julieta Ortega no dudó en trabajar bajo las órdenes de Bruno Stagnaro, el reconocido director de “Pizza, birra, faso” y “Okupas” que retoma la labor detrás de cámara en la televisión, con la serie “Un gallo para Esculapio”.

Una serie que, explica el director, se emparenta más con el cine que con la TV, con nueve episodios grabados durante cuatro meses en 85 escenarios reales, con más de 500 extras y filmado en calidad cinematográfica.

¿Dónde estuvo Stagnaro todo este tiempo? “Anduve detrás de cámara haciendo muchos documentales para Canal Encuentro, más desde el lugar de productor. Después siempre estuve escribiendo. Tengo un montón de cosas escritas, que por diferentes motivos no se hicieron”, cuenta quien cambiara el cine nacional con “Pizza, birra, faso” y luego revolucionara la TV con “Okupas”..

La serie marca el regreso del autor al mundo marginal, pero, dice, “en el fondo creo que lo que más me interesa tiene que ver con la marginalidad, pero no tanto en cuanto a la cuestión socioeconómica, sino más desde el individuo frente a la sociedad y el sentimiento de no pertenecer. Eso creo que trasciende el contexto de carencia o pobreza económica y tiene más que ver con un sentirse afuera de la sociedad. Eso que se desprende del universo dostoievskiano, como el Raskólnikov de “Crimen y castigo”, que es un personaje que me marcó mucho en la adolescencia y de alguna manera siento que siempre estoy volviendo ahí”.

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