Un “a medias” positivo

La nueva tendencia de pintar todo por la mitad se aplica en paredes, muebles y distintos objetos de la casa

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El “half painted” es una nueva tendencia en decoración del hogar, donde las paredes se pintan a medias, es decir, de un todo en cada mitad.

Pero no sólo se aplica a las paredes, sino que también puede realizarse sobre muebles u otros objetos que se quieran destacar.

El “half painted” aplicado a las paredes puede parecer un zócalo de toda la vida aunque tiene algunas diferencias. La primera: su altura. Si los zócalos suelen medir unos 90-100 cm de alto, con esta técnica la pintura alcanza un poco más arriba, hasta la mitad de la pared, más o menos. La segunda diferencia básica son los materiales. Aunque sí, hay zócalos que solo son de pintura, lo habitual es que sean de madera, papel pintado y hasta tela.

Pero hay otra diferencia, un poco más polémica, que tiene que ver con la “perfección”.

Mientras que el final de un zócalo es recto y muy definido, a veces con el half painted el acabado imperfecto queda bien. Por eso, no importa que se vean los brochazos de la zona de transición entre los dos colores. Le da hasta un aspecto más moderno, mucho más cool.

Lo habitual es que el tono más oscuro se quede en la parte inferior porque al tener más peso siempre es mejor que quede por debajo de la vista. Sin embargo, no hay normas que prohiban que sea al revés

Esto le da un tip positivo al estilo: no hace falta que se encargue un pintor, sino que lo puede hacer uno mismo.

Y lo mismo en el caso de los muebles, si se pintan sólo las patas de lasas sillas o taburetes, tampoco pasa nada si la pintura de las cuatro no está perfectamente alineada.

Combinaciones

Lo habitual es que el tono más oscuro se quede en la parte inferior porque al tener más peso siempre es mejor que quede por debajo de la vista. Sin embargo, no hay normas que prohiban que sea al revés.

Si hay luz y espacio suficiente, el oscuro puede ir arriba. De esta manera se logra una decoración con mucho carácter y personalidad.

Además, en función de los tonos que se combinen, más o menos contrastados, se puede lograr el efecto de elevar o bajar los techos o de sumar profundidad.

Lo que nunca falla es que el más claro sea un blanco roto o un gris muy clarito. Quedan genial con colores de moda como rosas empolvados, amarillo o gris. También es muy decorativo combinar tonos pasteles entre sí o con materiales como madera o fibras.

Otra opción es hacer degradados de colores e ir de un azul a un amarillo pasando por un verde, por ejemplo.

Y para los más osados, también se pueden evitar las líneas rectas. En diagonal, formando pequeños triángulos o con un acabado dentado. A veces la transición entre los dos colores es un poco “alocada” pero es que el half painted puede con todo. En las puertas por ejemplo, se puede trazar una diagonal que la divida en dos triángulos y pintar de un color impactante una de las mitades.

Si se quiere probar la tendencia, lo mejor es hacerlo sobre algo pequeño. Complementos como cestos o jarrones son un gran punto de partida. También se puede dejar que la pintura gotee un poco.

Los muebles antiguos son ideales para iniciarse con el “half painted”. Es una manera fácil y rápida de darles nueva vida. Y para los más “cobardes” las patas de las sillas o de un taburete son un buen principio.

Las paredes de los dormitorios de los niños son un excelente banco de pruebas. Es más, la franja inferior más oscura puede ser de pintura lavable. De este modo, si hay que arreglarla, también será más económico y fácil de hacerlo.

 

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