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Joven |Su segundo disco, “Los magos”, ya en la red

El Estrellero: un viaje experimental a las profundidades de la canción

El Estrellero: un viaje experimental a las profundidades de la canción

Por Jose maldonado

25 de Agosto de 2017 | 01:51
Edición impresa

¿Es posible escribir canciones de amor en clave geopolítica? ¿Se puede cantarle a las relaciones de pareja en medio de la soledad de la batalla? En su nuevo disco, que apenas tiene días de subido a las redes, El Estrellero resuelve la cuestión en apenas un puñado de versos. “Pequeño agujero de mi corazón/mi Corea del Norte”, canta Lautaro Barceló (guitarra y voz) en una de los tracks claves para entender “Los Magos”, el disco sucesor de “Drama”, que se plantea como un viaje experimental a las profundidades de la canción.

Ya desde la tapa, con la imagen fantasmal del líder supremo y las multitudes aclamantes, el disco recien editado por el sello Pontaco se presenta como un manifiesto estético, poético y, también, político.

La banda -convertida en una de las referencias ineludibles de la escena platense- se formó a comienzos de 2015, sobre las cenizas de otros proyectos. El motor fue el encuentro entre Barceló (ex Orquesta de Perros) y Juan Irio, quien tras la disolución de The Siniestros comenzó a buscar nuevos rumbos. A ese primer núcleo se incorporaron tres músicos de las prodigiosas inferiores platenses: Alejo Klimavicius, un talentoso guitarrista que ahora se afianza como compositor y cantante, Juan Baro Latrubesse (teclados) y Gregorio Jáuregui (batería).

El Estrellero transitó con talento y oficio el difícil pasaje que supone para una banda de rock sacar un segundo disco después de un debut prometedor. En Drama, que los convirtió en revelación y los llevó a escenarios prestigiosos como el del BUE, todavía se veían las costuras tanto compositivas como musicales. En Los Magos, la banda se muestra como un afianzado laboratorio experimental de la canción.

-¿Cómo definirían el proceso entre Drama y Los Magos?

- (Juan Irio) “Drama tiene muchas cosas que suelen tener los primeros discos: una banda en formación, una búsqueda de un sonido que nos defina a todos, canciones que no tienen mucho en común una con otra pero que conviven. Los Magos es el disco de una banda ya afianzada hacia adentro, con la búsqueda más definida y con una identidad”.

- (Barceló) “El primero fue grabado con la banda tocando en vivo. La simetría de las canciones ya estaba predeterminada por la performance de la toma grupal. Este disco se fue armando como un rompecabezas, había muchos arreglos y atmósferas que no estaban del todo definidas pero que ya teníamos idealizadas y sabíamos para dónde iban”.

-¿Hubo una búsqueda deliberada en términos estéticos? ¿Por qué Kim Jong-un en la tapa?

- (Barceló) “Hay una canción que nombra a Corea del Norte, pero es una metáfora del dolor microscópico causado por una presencia perturbadora y oscura en el centro del corazón. Es quizás la más explícita: se hace mención a Kim, la letra dialoga con su figura, reclamándole la necesidad de ser subyugado, guiado, porque hay versiones de la libertad que no toleran la alegría”.

-(Irio) “Que aparezca en la tapa el líder coreano fue más bien una de las tantas lecturas que hicimos del disco y que cerró cuando descubrimos que todas las canciones que habíamos elegido tenían que ver con la fascinación, con el encantamiento, con la devoción hacia algo superior, de ahí la figura del líder presente en todas las canciones”.

-¿Es un disco político?

-(Barceló) “Nadie escribe en el aire. La poesía es, entre otras cosas, una opinión embellecida. Es esa belleza la que trabajamos. Nuestra opinión se trasluce por una cuestión de coherencia entre lo que sentimos y lo que producimos”.

-(Klimavicius) “Es un disco de época. Está en constante juego con la situación actual política y social del país y cómo le afecta a cada uno. No es algo al azar que el disco sea más oscuro que Drama e intente levantar los ánimos con el baile. Estamos todos conectados”.

-En el disco se escucha una participación más protagónica de Alejo y en el sonido de Juan Baro ¿Hubo una decisión sobre eso o fue una evolución natural?

- (Klimavicius) “Siempre estuvo la insistencia y el ánimo por parte de Lautaro y Juan para que traigamos canciones a la banda, lo cual incita más a hacerlo. Y a la vez fue algo que se dio de forma natural, sin imposición ni restricciones entre nosotros a la hora de colgarnos el instrumento”.

-(Irio) “Es lógico que se escuche más a Baro en los teclados porque en el primer disco entró casi al final, cuando ya estábamos grabando. Lo de Alejo también es algo natural, porque somos cinco y los cinco ocupamos el mismo espacio, aunque cueste pensarlo como algo fácil cuando Lautaro y yo tuvimos tanta exposición como autores de las canciones de todas las bandas en las que estuvimos antes y en Drama. Pero El Estrellero es una banda que vive muy orgánicamente, es una máquina bastante equilibrada”.

- Después de su surgimiento como revelación y de haber tocadon en el BUE, ¿se sienten satisfechos con la dirección hacia donde fueron como banda?

-(Irio) “Es bastante habitual que nos hablen del festival BUE. Lo mismo pasa con la idea de haber sido algún día una banda revelación para algún periodista que no sabía cómo titular una nota. Pero para nosotros, desde el primer día todo fue un devenir mágico, en el que el ensayo y las pequeñas fechas tuvieron casi el mismo impacto que un gran espectáculo masivo. Nuestra satisfacción más grande es seguir tocando juntos, cada vez para más gente, seguir haciendo canciones que a todos nos guste tocar. Y no hay nada de diplomacia o de falsa modestia en esta respuesta, es lo que sentimos los cinco”.

-(Barceló) “Es imposible desoír. Algunas devoluciones son realmente inspiradoras. También hay personas que bienintencionadamente vienen a relatarnos sus visiones de reconocimiento y masividad, pero creo que los espíritus se nutren más con ensueños de perlas y oro, con castillos en el aire (porque si vamos a soñar, soñemos bien). Una de las ventajas del ensueño es que permite desvencijar todas las reglas universales. Thoreau habla de eso y del éxito en las horas comunes, quizás como un llamado a la simpleza, a la posibilidad de medir nuestros triunfos con nuestros propios sistemas, a gritar un gol en el desierto. La banda siempre se dirige hacia la creación de un universo con sus propias reglas, su música y su imaginario así lo proponen”.

 

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