En Gonnet también sufren por la ola de inseguridad

Cuando se presentó a trabajar, un empleado de una juguetería de Gonnet descubrió ayer a la mañana que la cortina del frente del local estaba movida de lugar. Al principio pensó que el dueño había llegado un rato antes que él, pero distinto fue el panorama que encontró cuando avanzó hacia el interior del negocio, situado en 483 y camino General Belgrano.

Fue a las nueve menos cuarto cuando abrió la pequeña puerta y descubrió que los que habían estado, probablemente por la noche o la madrugada, habían sido delincuentes.

Es que las pruebas saltaban a la vista: la cerradura de la puerta de ingreso estaba tirada en el piso y parte del blíndex de la vidriera lucía destrozado, con vidrios esparcidos en la entrada del salón.

Más tarde, cuando verdaderamente llegó el propietario, constató que los autores del vandálico ataque habían sustraído dinero y algunas mercaderías.

SIN CONSUELO

EL DIA estuvo ayer en el comercio cuando todavía aguardaban el arribo de personal de la Policía Científica para los peritajes de rigor.

El desánimo era más que evidente y se sumó a la indignación que vivieron por un anterior asalto, hace dos meses.

“Por lo que me dijo un herrero que vino al local, los destrozos fueron provocados cuando los delincuentes hicieron la típica maniobra de palanca con al menos una barreta”, contó Elvira Valdivia (43), la madre del comerciante damnificado.

La mujer hizo referencia también a que, por comentarios de algunos vecinos que escucharon ruidos en los primeros minutos de ayer, “el robo tiene que haber ocurrido alrededor de la una y media de la mañana”.

Posteriormente, al ser consultada sobre los faltantes que se pudieron verificar en una recorrida dentro del negocio, dio a conocer que “se llevaron 5.000 pesos en mercaderías y además otros 1.000 pesos en dinero en efectivo, que había quedado en cambio dentro de la caja registradora”.

Igual encontró un pequeño consuelo ante el drama de la inseguridad.

“Menos mal, dentro de todo, que trabajamos mucho para las ventas con tarjetas de crédito y con tarjetas de débito. Por eso no queda mucha plata en efectivo”.

Valdivia, a su vez, hizo saber que el botín con el que escaparon los delincuentes bien podría haber sido todavía más provechoso.

En tal sentido, explicó que “habían preparado para llevarse una computadora, pero se ve que sospecharon de que alguien los habría descubierto y la dejaron”.

Al igual que su hijo y, un amigo que lo acompañaba, Valdivia lamentó que “esto vino a pasar en momentos en que estábamos pidiendo presupuesto para instalar una alarma en la juguetería”.

“Diría que faltaba poco para que nos decidiéramos sobre cuál sistema se iba a colocar, justamente en prevención de los robos. Pero los delincuentes no nos dieron tiempo”, expresó sin ocultar su desazón.

EL ANTECEDENTE

Con todo, la mujer recordó que el otro hecho de inseguridad que registra ese local en apenas 60 días, resultó todavía más traumático.

“Fue un sábado a las 8 de la noche. Entró un ladrón encapuchado, cuando estaba con mi hija de 6 años. Me asusté mucho”, concluyó dando a entender la falta de seguridad que existe en la zona y la necesidad de que, de una buena vez, aparezcan los patrullajes.

Por el hecho, se supo que tomó intervención la comisaría 10ª, con conocimiento de la UFI Nº 9 de Autores Ignorados.