Un final anunciado
Edición Impresa | 28 de Agosto de 2017 | 03:55

Todas las miradas estaban dirigidas al T-Mobile Arena de Las Vegas, donde se montó un “circo” con lo que muchos se atrevieron a titular irrespetuosamente como la “pelea del siglo” al combate entre Floyd Mayweather y Conor McGregor.
Eso sí, nadie se la quiso perder. El show mediático que se montó alrededor del combate hizo que en la medianoche del sábado, en la mayoría de los hogares de nuestro país, muchos se juntarán para verlo a través de la tele -había que contratar una señal de cable, sino se lo tenía incluido en el pack mensual; mientras que otros buscaron por Internet, en la compu, bajar algún streaming “pirata” para acceder a las imágenes.
El deseo por ver el combate entre Mayweather y McGregor hizo que la velada se retrasara unos minutos porque en Estados Unidos colapsó el sistema Pay Per Vie (PPV). debido a que superó las expectativas y se calculó que por este medio se recaudaron más de 500 millones de dólares.
Con respecto al combate, propiamente dicho, se desarrolló a la medida de “Money” Mayweather. “Nuestro plan consistía en tomarnos nuestro tiempo, ir hacia él, dejar que lanzara sus golpes temprano y, entonces, intentar derribarlo. Sabíamos que en la MMA combate durante 25 minutos y luego de ese lapso de tiempo atacar al rival”, dijo el púgil estadounidense que alcanzó un récord de 50 victorias y ninguna derrota.
Y fue así nomás con un McGregor tratando de ser el protagonista de la pelea desde el principio. Incluso en el primer round -que fue el ganador-, llegó con un par de golpes interesantes, pero nada más que eso.
Con el paso de los asaltos quedó en evidencia que el boxeo es un deporte totalmente diferente a la UFC, la MMA, o las Artes Marciales Mixtas -como quiera llamárselo- y en un cuadrilátero con las reglas del deportes de los guantes era natural que Mayweather iba a sacar diferencias.
Cada golpe de “Money” hacía daño sobre la humanidad de luchar irlandés -dos veces campeón de la MMA- y en eso se puede sacar una conclusión con respecto al porcentaje de efectividad de los impactos; mientras que Mayweather consiguió 40,5% (118 sobre 291 lanzados), McGregor solamente tuvo el 16,7% (85 de 593). Al margen de los acierto, quedó a la vista que los impactos de Mayweather eran más potentes que los del irlandés, ya que como todo boxeador experimentado utiliza la fuerza de su cuerpo para sacar el puñetazo, algo que no es habitual en la UFC.
Además con el paso de los rounds a McGregor se le hizo más difícil caminar el ring -no es lo mismo que pelear en el octógono de la UFC-, sintió el cansancio, los brazos le empezaron a “pesar” y mostró serias falencias a la hora de retroceder.
El final anunciado llegó en el 10 asalto con un KOT. Era una paliza de Mayweather, pero el árbitro se apiadó de McGregor. El telón del “circo” se bajó definitivamente. Fue una pelea más. Simplemente eso. “Money” se retiró superando el récord de Rocky Marciano; mientras que el guapo irlandés seguirá peleando en la UFC.
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