Instan a no subestimar el trauma y las conductas imitativas en el entorno

Mientras que la alumna del Nacional que intentó suicidarse el jueves sigue hospitalizada en estado de extrema gravedad, los ojos de psiquiatras y psicólogos expertos en suicidio se posan en su entorno inmediato: los compañeros que fueron testigos del episodio, pero también los docentes que la tenían en su clase, sus padres y el resto de su grupo familiar. Es ahí donde aseguran que más debería trabajarse en este momento dado el efecto traumático y las posibles conductas de imitación, dos factores que “no se deben subestimar”

“Cuando se producen episodios como el de esta chica en un entorno de adolescentes, la etapa de mayor inestabilidad y vulnerabilidad en la vida de una persona, hay que actuar de inmediato porque el estrés postraumático entre los que presenciaron el episodio es enorme y existe el riesgo de conductas de imitativas”, explica el psiquiatra Héctor Basile, especialista en suicidio adolescente e integrante de la Red Mundial de Suicidólogos.

“Una vez hecha la contención de emergencia, que es la que tiene lugar apenas ocurrido el hecho con el grupo más cercano, en este caso los compañeros de la chica, lo más importante es generar un espacio donde los chicos puedan expresar lo que sienten, la forma en que el episodio irrumpió en su vida, alentarlos a hablar... No es una tarea fácil y puede que muchos de ellos prefieran no exteriorizar sus sentimientos pero hay que alentarlos, incluso recurriendo a formas alternativas, como podría ser el dibujo, porque de esa forma se puede detectar también a aquellos que presentan una vulnerabilidad especial”, dice el especialista.

“La persona que intenta suicidarse no quiere morir sino dejar de sufrir, y es posible que en su entorno haya quienes se identifiquen con esa situación, incluso que la idealicen como un acto de valentía extremo, como quien se inmola en defensa a su derecho a no sufrir, algo muy peligroso que preciso trabajar”, cuenta el doctor Basile.

“En casos como el actual, la postvención implica dos tipos de intervenciones -agrega-. El primero de ellos consiste en la reintegracion de esos chicos a la actividad escolar, algo que puede tomar semanas o meses. Los directivos tienen que entender que en situaciones como estas la currícula queda complementa en segundo plano, porque el desafío para ese grupo ya no pasa por saber cuántos granaderos tenía San Martín sino por resguardar su estabilidad mental, entender que a pesar de lo que vivieron la vida sigue y hay personas que los van a cuidar”.

“Por otra lado hay que iniciar una terapia grupal centrada en la elaboración de la pérdida para poder vivenciar lo que pasó, algo que no necesariamente se circunscribe al entorno más inmediato. En estos casos suele haber una cantidad de gente impactada mucho mayor al que se puede imaginar, por eso hay que hacerlo extensivo a todos los que de algún modo se sienten afectados por el hecho para que no se vaya a repetir”.

90%

Detrás del 90% de los casos de suicidio adolescente existe un trastorno mental, cuyo pronóstico suele agravarse cuando coexiste con adicciones a drogas o alcohol, lo que se observa en la mitad de los episodios

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Estudios epidemiológicos indican que por cada suicidio se producen entre diez y treinta intentos en un determinado tiempo y área geográfica que generalmente copian la metodología del primero, lo que exige una rápida intervención profesional