La economía detrás de las guerras por el Trono de Hierro

Alerta: ¡spoilers!

En Poniente como en nuestra tierra, lo estrictamente material tiene directa influencia sobre los esquemas de poder: así descubrieron en esta temporada de “Game of Thrones” los ejércitos en pugna, el conducido por Cersei Lannister desde Desembarco del Rey, y el dirigido por Daenerys Targaryen desde Rocadragón.

Porque en esta tanda de siete episodios, que el domingo estrenó su cuarto y estremecedor capítulo, los guionistas han procurado mostrar la guerra desde otro costado: entre las tramas de reencuentros familiares, intrigas de poder y un Apocalipsis que marcha inminente desde el norte, ha tomado escenario central el manejo de los recursos a la hora de la batalla, provocando que los peronajes aprendieran duras lecciones sobre la falta de recursos.

Así explicaron especialistas en economía de The Associated Press, quienes analizaron en el modo en que los asuntos económicos afectan los esquemas de poder. Snow, por ejemplo, enfrenta una invasión inminente de zombies de hielo necesita más vidriagón, un material que nosotros conocemos como obsidiana: nadie sabe donde este vidrio volcánico que puede matar zombies se encuentra, porque no ha sido necesitado durante siglos.

Pero cuando el taciturno Rey del Norte descubre dónde está el mayor yacimiento, a los pies de Daenerys, no duda en viajar hacia Rocadragón contra las advertencias de sus consejeros (a los Stark no les ha ido nada bien cada vez que dejan el Norte) y encontrarse con la Madre de los Dragones, pidiéndole ayuda en su combate contra el invasor de hielo.

Daenerys lo rechaza, claro, al no haber visto jamás al supuesto monstruo que habita del otro lado del Muro, aunque ella también, necesitada de aliados (sobre todo luego de sendas derrotas en el campo de batalla), decide al menos dejar que Snow extraiga el vidriagón, en una lucha de poderes que todavía no ha sido resuelta, pero que parece encaminarse a que Jon “doble la rodilla” (se arrodille frente a la legítima reina) ¿y estalle entonces un conflicto con su hermana Sansa?

EN DESEMBARCO DEL REY

Por su parte Cersei Lannister inició la temporada en clara desventaja: sin aliados, y sin los graneros y el oro de los “rebeldes” Tyrell, no tenía tampoco alimento para dar de comer a los soldados y caballos para pelear contra el invasor. Los Tyrell, enemigos declarados de los Lannister luego de que Cersei los hiciera volar por el aire, controlan El Dominio, la zona más fértil de Westeros: sin su principal fuente de granos y carne, los Lannister decidieron “permitir” que el ejército Targaryen tomara Roca Casterly, el hogar de su familia, para a su vez ellos mismos invadir a la desprotegida casa de los Tyrell, recuperando oro y subsistencia, tachando un aliado del enemigo y la ventaja en la guerra.

El oro (el “motín” que da nombre al último episodio) también se volvió clave: si en el inicio de la temporada los Lannister se encontraban en excruciante deuda con el enigmático Banco de Hierro, mientras sus enemigos contaban con el oro infinito de los Tyrell, ahora que la moneda cambió de manos los Lannister consiguieron pagar sus deudas y procuraron un nuevo empréstito para sustentar sus esfuerzos de guerra.

Lo que refleja este abrupto cambio de mando de la fortuna (en sus dos sentidos) es la falta de estabilidad en el continente de Poniente, que ha redundado en una economía estancada: Adam Smith hipotetizó que la violencia en las sociedades medievales, donde la guerra implicaba un enorme gasto, mató el progreso, algo que Daenerys, con su promesa de “romper la rueda” y su séquito de soldados libres que la siguen por elección, promete terminar.

FUEGO

Esta preocupación por los aspectos más mundanos (pero más decisivos) del conflicto bélico es una novedad en la narrativa de la serie de HBO: si revisamos la historia de “Game of Thrones”, la Madre de Dragones encabeza un ejército de miles de efectivos sin un solo indicio de cómo se alimenta, viste o los mantiene.

Sin embargo, en esta nueva temporada han sido los recursos antes que las estrategias los que han primado a la hora de decidir el rumbo de la historia. De hecho, urgida luego de perder sus aliados, su oro y su alimento, Daenerys decidió ir contra sus consejeros, terminar con las estrategias elaboradas y utilizar todo su poder de fuego (literalmente) para emparejar la guerra quemando, durante el último episodio, las reservas alimenticias de los Lannister con uno de sus dragones: un recurso superior al alimento y al oro que promete desequilibrar la balanza de la guerra... salvo que a Cersei y los suyos se les ocurra construir unas cien ballestas.