Un cuento del tío frustrado en una casa de La Loma

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Dispuestos a todo y seguramente acostumbrados a salirse con la suya, tres delincuentes abordaron a un jubilado ayer a la mañana y lo convencieron de que eran empleados de ABSA para que les permitiera entrar en su casa y robarle pertenencias. La maniobra les resultó, aunque no del todo, ya que la víctima decidió ponerla al tanto a su hija, ésta desconfió y llamó a la Policía que, con su llegada, puso en fuga a la banda, informaron fuentes oficiales.

Este cuento del tío frustrado sucedió alrededor de las 9.30 de la mañana en 45 entre 22 y 23, donde un hombre de poco más de 80 años barría la vereda aprovechando que el día estaba lindo.

Tres hombres lo abordaron con una actitud amable y lo convencieron de que los dejara entrar en la vivienda para revisar las canillas, según contó a este diario una veccina de la cuadra.

Aparentemente el jubilado no desconfió porque les franqueó e acceso al domicilio, aunque él decidió poner al tanto de lo que sucedía a su hija, que vive en el mismo barrio.

La mujer, que sospechó que algo raro pasaba, llamó rápidamente al 911, de modo que los móviles llegaron al lugar y los intrusos optaron por emprender la retirada por los fondos de la vivienda.

“Los policías se treparon a los techos para ver si los encontraban escondidos, pero no estaban”, dijo la vecina, admitiendo que el despliegue de patrullas y uniformados alteró la tranquilidad de ese barrio porque “los robos no son muy frecuentes por acá”.

Fuentes oficiales dijeron que los intrusos escaparon sin poder llevarse nada de la casa del jubilado.

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