Un barrio cargado de múltiples precariedades

Nació como un asentamiento y tiene más de 20 hectáreas. A la zona no paran de llegar familas

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Surgido a partir de la toma de tierras que pertenecieran al campo de deportes de la cooperativa textil CITA, el Cristo Rey es un asentamiento de más de veinte hectáreas comprendido entre 179, 183, 35 y 38.

Sobre el extremo este de ese rectángulo atravesado por el arroyo El Gato sobreviven algunas instalaciones recreativas; el resto está cubierto por casillas de madera y chapa, dispuestas en un incipiente damero de explosivo crecimiento, cuyos ejes principales están sugeridos pero no son más que huellas sin ninguna clase de pavimento.

Los principales accesos desde la avenida 44 son las calles 185 y 183; sobre esta última ya empiezan a verse algunos comercios y viviendas de ladrillo. El particular diseño de las delegaciones municipales platenses hace que el barrio Santa Rosa, más antiguo y situado en el eje de 38 entre 183 y 185, quede en jurisdicción de Lisandro Olmos; frente a él, el asentamiento está en jurisdicción de la administración comunal de Melchor Romero.

PARAGUAY, CORRIENTES Y EL GRAN BUENOS AIRES

En el interior del barrio, en pequeños lotes que hasta el año pasado podían obtenerse por 30 mil a 50 mil pesos, viven decenas de familias llegadas en su mayoría de Paraguay, Corrientes y el Gran Buenos Aires. También hay una capilla, dos copas de leche y un comedor comunitario que no siempre funciona porque entre marzo y noviembre el barro se resiste a permitir la llegada de vehículos con mercadería.

“Enganchados” de la red eléctrica, los vecinos arrojan los desechos sanitarios a pozos, y consumen agua “que ya sale marrón”, según sus testimonios, de perforaciones poco profundas.

A fines de los años ‘90 la sindicatura que gestionó los activos de la Cooperativa Industrial Textil Argentina (CITA), caída en cesación de pagos, llamó a concurso de acreedores y resolvió desprenderse de algunos bienes, entre los que se contaban parte de las tierras romerenses.

En tiempos recientes, un grupo de emprendedores que compró la quiebra de la empresa desarrolló un proyecto para el lugar, pero nunca llego a concretarlo: 48 horas después de que el síndico autorizara la cesión, el predio fue tomado.

En tres oportunidades la UFI Nº1 pidió el desalojo, pero éste fue postergado por diferentes apelaciones de defensorías oficiales y otras reparticiones, a instancias de movimientos sociales.

El barrio crece muy rápido y sigue llegando gente. En mi casa tengo piso de tierra porque los camiones con materiales no pueden entrar, así de aislados estamos”

MAXIMILIANO SEGOVIA
Vecino barrio Cristo Rey

Todo lo que se hace en el barrio lo hacemos nosotros, desde las colectas para comprar camiones con escombro, hasta el zanjeo y la colocación de caños para los cruces”

MARTÍN BARRIOS
Vecino barrio Cristo Rey

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