Entre la plaza Italia y la Estación, un escenario crónico de descontrol vial

En el eje de la 44 las infracciones y la ocupación del espacio público son moneda corriente

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Entre la cabecera ferroviaria platense y la plaza Italia, muy cerca de la Terminal de Ómnibus, vinculando dependencias administrativas, educativas y numerosos comercios, la avenida 44 es uno de los ejes urbanos más transitados de la Ciudad. Y sólo con eso bastaría para que su capacidad vial estuviera en jaque permanente. Pero en ese tramo de 750 metros la realidad, que ayer volvió a manifestarse por medio de embotellamientos y demoras exasperantes, es aún más complicada: infracciones y ocupaciones del espacio público son moneda corriente, y se suceden en un marco de total impunidad.

Desde poco antes del mediodía hasta las tres de la tarde, en una de las horas pico de la jornada laboral, la cuadra de 44 entre 4 y 5 volvió a convertirse en un obstáculo infranqueable para automovilistas y choferes del transporte público; a la actividad de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA) local, habitual motivo de cortes de calle, se agregó un accidente, sumando más confusión al panorama.

En esas tres horas, las calles 43 y 45 entre 2 y 7 fueron un atolladero; también las cuadras de 4 y 5 entre 43 y 45, y muchas de las adyacentes. Por añadidura, todos los que se dirigían en sus vehículos a dependencias situadas en la zona, debieron dar vueltas interminables para encontrar estacionamiento, en otro aporte al descalabro general. Y cada vez que un micro de línea se detenía en una parada “alternativa”, para permitir el ascenso y descenso de pasajeros, la cola de autos detrás superaba los cien metros.

Además de la sede de la UOCRA, en 44 entre 4 y 5 están el Registro de La Propiedad bonaerense, el Centro Bioquímico Distrito I y la Secretaría de Asuntos Docentes de la Provincia, Distrito La Plata, donde se realizan los actos públicos de asignación de cargos.

Las recurrentes convocatorias de la central sindical, todas las semanas y a veces en más de una ocasión, cortan la avenida en una o ambas manos a lo largo de varias horas. A la misma altura, cuando no hay cortes totales, las dobles filas son moneda corriente porque también estacionan sin control quienes van a los otros lugares de interés de la cuadra.

Las quejas vecinales son innumerables, pero los controles no aparecen. En la UOCRA, históricamente, se justifican los cortes en que resultan “indispensables” para organizar movidas “en beneficio de las familias de los trabajadores y sectores carenciados”. Y se afirma que estos eventos (que llegaron a incluir el armado de escenarios, consultorios e incluso piletas de lona en época estival) son “un aporte a la paz social”.

 

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