Aún no se pudieron cubrir los cargos de las maestras que denunciaron amenazas

Los cargos de las maestras de la Primaria 55 que tomaron licencia tras ser amenazadas por un padre, hasta ahora no pudieron ser cubiertos.

Tanto en el acto público que se llevó a cabo el miércoles a la mañana como en el que se realizó ayer al mediodía, no hubo aspirantes para ocupar las seis vacantes temporales que quedaron en el establecimiento de 62 y 28.

En otro orden, ayer entró en vigencia la orden de restricción perimetral que la fiscal de la UFI Nº 1, Ana María Medina, aplicó al hombre denunciado, Germán Pocino, por la cual no puede estar a menos de 300 metros del edificio escolar.

En ese sentido, la jornada se desarrolló “sin mayores novedades”, según confiaron a este diario fuentes de la institución.

Cabe recordar que se encuentran bajo el régimen de ART la directora de la institución -cuya función está cumpliendo la vice- y seis maestras.

lunes, otra vez

Desde la dirección general de Cultura y Educación bonaerense anticiparon que “el lunes próximo habrá un nuevo acto público”.

La licencia vence el 20, es decir, el próximo miércoles, aunque habrá que esperar hasta ese día para saber si a alguna o a más de una docente le extienden el plazo.

No obstante, la reglamentación posibilita cubrir cargos con maestras suplentes por espacios de tiempo reducido, incluso de tres días.

Los alumnos, indicaron en la jefatura regional de Educación, se encuentran desde el viernes pasado a cargo de otras maestras de la escuela, de integrantes del Equipo de Orientación Escolar -ex gabinete psicopedagógico- y de los profesores de educación física y del área artística.

“La continuidad pedagógica de los chicos está garantizada, aunque la situación ideal es con una maestra al frente del salón”, expresaron en la cartera educativa.

jueves de furia

El pasado jueves, cuando los niños del turno tarde estaban saliendo de la escuela, se desató el bochornoso episodio que finalizó con siete docentes realizando una denuncia por “amenaza de muerte” en la Comisaría 5º.

El detonante fue, de acuerdo a la declaración del padre en sede policial, que su hijo había sido “golpeado”.

Anteayer, el padre en cuestión realizó declaraciones periodísticas en las cuales le pidió perdón a la directora del colegio, Alejandra Calabrese. Aunque sostuvo que no había amenazado a las docentes: “Seguramente grité, pero de mi boca no salió ninguna amenaza de muerte porque soy cristiano”, dijo.

La docente contó que inscribió al hijo de Pocino “en marzo” pasado en la institución. Que sabía que “estaba solo con el niño”, que hacía “un gran esfuerzo por educarlo” y por salir adelante “vendiendo en la calle, incluso en la puerta de la escuela”.

“Había un vínculo, que hace 15 días se rompió, o vulneró”, añadió Calabrese en referencia al jueves 31 de agosto, cuando, según contó, el padre la amenazó por primera vez. “Siete días después, hizo extensiva esa amenaza a las maestras del turno tarde”, detalló.

Pocino dijo que “cuando termine su licencia y la de las demás docentes” quiere “ayudarlas y trabajar con ellas, codo con codo, por la educación pública y para que no haya más violencia en las escuelas”.

Tras pedir perdón nuevamente a Calabrese, el hombre denunciado señaló que “los papás tenemos que tener un poquito más de cordura, principalmente yo, y seguir avanzando en trabajar juntos, porque de ese modo hasta podremos ser un buen ejemplo para que imiten otras comunidades escolares”.

La directora, por su parte, lo invitó a estar presente en su despacho para que vea “como se trabaja”. “Somos una escuela de puertas abiertas”, afirmó.

Con una matrícula de casi 470 alumnos, la Escuela Primaria 55 se ha convertido en modelo en materia de integración de niños y niñas con discapacidad.

En la jefatura regional confirmaron que es la institución que “más chicos integrados tiene en sus aulas”.