Un fenómeno potenciado por el cambio climático

“En la zona afectada por las inundaciones se alternan ciclos húmedos y secos de alrededor de 50 años de duración. Desde la década del ´70 transitamos un ciclo húmedo, pero que se ve exacerbado por el cambio climático”, indica Mauricio Saldívar director de la Agencia Hidrometeorológica de La Plata al analizar la situación climática de la zona inundada del interior bonaerense.

Saldívar descarta que, en este momento, esté incidiendo en la Región afectada el fenómeno de El Niño o el de La Niña y que, en todo caso, lo que pesa sobre la zona se enmarca en “la variabilidad natural del tiempo y del clima”.

“Actualmente atravesamos un período neutro”, asegura, “tuvimos un fenómeno de El Niño muy fuerte en los años 2015 y 2016. Y entre 2016 y 2017, un Niño débil . Por ahora nos movemos en la neutralidad que podría llevar a una fase Niña, que tuvo su último período débil entre agosto de 2016 y enero de este año”.

Normalmente, abunda Saldívar, esos períodos de neutralidad se traducen en un déficit de lluvias.

“Pero inciden otros factores. Particularmente en nuestra zona, donde alternan períodos húmedos con otros secos, de una duración promedio de 50 años. Actualmente atravesamos un período húmedo al que se le suma el efecto adicional del cambio climático”, sostiene,

Como otros especialistas, Saldívar también sostiene que, estos fenómenos encuentran hoy dedicadas a labores productivas, tierras que cuando esta alternancia de períodos fue descripta, ya en 1885, no se utilizaban. Esto genera que los daños provocados por el avance del agua sean hoy mayores.

Mientras tanto, en el campo bonaerense toda la atención apunta a los pronósticos meteorológicos para los próximos meses.

Con las napas saturadas, los productores saben que para que los campos se alivien, es clave el fenómeno de evapotranspiración y de evaporación.

En ese sentido, la primavera tiene un aspecto favorable y es que los días en ella se alargan y al mismo tiempo las temperaturas son más elevadas. Esos dos elementos favorecen la evaporación de las aguas, que sin embargo se produce a un ritmo muy lento.

Así, según los especialistas, en un día diáfano se evaporan entre 5 y 7 milímetros de agua de un campo inundado o encharcado.

Esto implica que la evaporación total puede llevar meses o aún años, depende del grado de compromiso de la parcela.

Pero también tiene un aspecto negativo y es que es la estación de las lluvias.

Una situación nada auspiciosa, sobre todo considerando que el pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional augura una primavera con lluvias normales o superiores a lo normal para la región afectada.