La experiencia del Katrina puede servir de ayuda

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La experiencia con el huracán Katrina en el 2005 le puede servir a las autoridades para aprender cómo reconstruir a Texas tras el paso del huracán Harvey.

En ese entonces las autoridades debieron enfrentar dilemas en torno a qué reconstruir, dónde alojar a los damnificados y cómo restaurar la seguridad en las calles. Se hizo obvio que los responsables a nivel local y federal no estaban preparados para enfrentar un cataclismo de esa magnitud.

Los que estaban en el poder en ese entonces sufrieron un golpe irreparable a su reputación, entre ellos el presidente George W. Bush, la gobernadora Kathleen Blanco y el alcalde Ray Nagin.

Hoy señalan a los logros alcanzados, pero el camino fue largo y difícil, y los desafíos no han desaparecido, especialmente con la infraestructura.

En medio de las recriminaciones colectivas y las investigaciones iniciadas, la realidad es que hubo muchos culpables del sufrimiento de Nueva Orleáns después de Katrina. Nagin, actualmente encarcelado por hecho de corrupción que tuvieron lugar antes y después de la tormenta, fue criticado por no pedir la evacuación de la ciudad hasta un día antes de la llegada de la tormenta. A Bush lo acusan de tratar de sacar ventaja política al desastre.

Muchos policías de Nueva Orleáns mostraron gran heroísmo en el rescate de víctimas de Katrina, pero en medio del caos otros protagonizaron una conducta inapropiada que perjudicó gravemente la seguridad pública.

Hubo la muerte a tiros de varios civiles inocentes que cruzaban un puente después del huracán, y un intento por encubrir el crimen; un policía mató a tiros a un hombre, al parecer inerme, que se acercó a un puesto de vigilancia policial en un centro comercial y otro policía trató de quemar el cadáver; y un hombre fue baleado en la espalda afuera de un centro de convenciones. Katrina destruyó unas 134.000 viviendas en Nueva Orleáns. La solución más rápida fue enviar casas portátiles a la zona, con lo que 114.000 personas consiguieron albergue.

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