Apuntar a la industria nacional

Ser industrial en la Argentina no es cosa para nada fácil. Una planta, maquinaria e instalaciones particulares muchas veces requieren de períodos de amortización superiores a la media, y los continuos vaivenes de los mercados, la moneda, regulaciones, etc, hacen que muchos empresarios decidan no asumir riesgos de inversión semejantes. Las elevadas tasas de litigiocidad y los demás costos laborales inviabilizan la generación de nuevos empleos. Pero lo importante, es tener un tejido de empresarios dispuestos.

Un dato comparativo: En Argentina tenemos 0,4 empresas por cada 1000 habitantes, esta relación en EEUU es de 38 empresas cada 1000 habitantes. Desde luego que es muy idealista medirnos con semejante potencia, pero si aspiramos a superarnos la meta debe ser ambiciosa.

Si no bregamos por generar el contexto propicio para el surgimiento de nuevas empresas, quién dará empleo, quién producirá los bienes que todos demandamos, quién contribuirá con el pago de impuestos...Los emprendedores son los empresarios del mañana. Estos “brotes” demandan ser cuidados y seguimientos. Hay mucha creatividad y mentalidad emprendedora en Argentina.

Argentina está obligada a ser más competitiva, pero este objetivo no es responsabilidad exclusiva de los empresarios. Toda la cadena de valor debe comprometerse, siempre bajo el ojo rector del Estado, no “como un Gran Hermano” sino como un facilitador.

Nuestra querida ciudad no es ajena a este contexto, el sector industrial de La Plata demanda más parques industriales, centros de formación profesional, escuelas técnicas, buenos accesos, pero por sobre todo ser oídos y acompañados. Desde el Oeste platense seguiremos impulsando las acciones para elevar la calidad de vida de todos nuestros coterraneos.

(*) Presidente de la CALPO