El biólogo dijo que es otra víctima, igual que el fotógrafo asesinado

Ayer se escuchó el alegato de la defensa y el acusado habló por última vez

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“Hijo de puta, cínico”, le gritó ayer en la sala de audiencias la mujer del fotógrafo asesinado al acusado Hugo Castillo (56), cuando este, en sus palabras finales luego de los alegatos, se presentó como una víctima más del caso y que se solidarizaba, porque podía ponerse en sus zapatos.

Eleonora Ferrario había escuchado durante toda la mañana pacientemente el alegato de la defensa, a cargo del abogado Ulises Saccella, quien pidió la absolución al plantear que Castillo es inocente, que los verdaderos autores del hecho no fueron investigados, a pesar de que los instructores saben quiénes son, y que se “apuntaron los cañones sobre mi asistido, abandonando otras hipótesis”.

Hasta la mencionó como posible sospechosa a Ferrario.

Hasta allí la viuda de Galeano había soportado, pero cuando el acusado luego le dijo que la comprendía y podía ponerse en su lugar, estalló en la sala.

Su abogada Silvia Petroff, la contuvo de inmediato, y ni siquiera tuvo que ser advertida por el Tribunal.

“Fue una descarga que tenía que hacer por todo esto que vengo aguantando”, dijo Ferrario al finalizar la jornada de ayer.

El fiscal Marcelo Romero le replicó al defensor.

Le dijo que esa hipótesis fue descartada por completo desde el primer minuto de la causa y que es “delirante”.

Momentos antes, la defensa había planteado que Castillo fue víctima de un complot judicial, policial, de peritos, de testigos civiles, para involucrarlo en el crimen. Cuestionó el accionar policial y la calificación de la fiscalía sobre esa fuerza como “brazo ejecutor”.

El doctor Romero le contestó que si no le caían bien esas palabras las retiraba, pero que confía en la Policía como auxiliar de la Justicia, y que no comparte el criterio de los “progres” que viven cuestionándola, porque hay una gran porcentaje de buenos policías.

La defensa explicó que en el debate a la acusación “se cayó el móvil pasional” por celos del imputado porque Galeano era el amante de su mujer, Marcela Kaufman.

Esa circunstancia fue negada por la mujer en el juicio, y por ello se trató de encaminar el móvil hacia un supuesto odio de Castillo, porque el fotógrafo le sacó fotos eróticas a su hija, argumentó.

Saccella insistió que como está última hipótesis no pudo ser sostenida se “volvió a la anterior, la de los celos a Galeano”.

Luego Castillo hizo uso del derecho que tienen los imputados de decir algo antes de que los jueces pasen a deliberar.

Lloró, igual que su defensor, se proclamó inocente, habló de un complot y le dijo a los jueces que “sepan lo que están haciendo y que se haga justicia”. El miércoles próximo a las 11 se conocerá e veredicto de este caso.

Como se recordará, anteayer los fiscales y el particular damnificado pidieron reclusión perpetua para Castillo por “homicidio doblemente calificado por alevosía y por el uso de arma de fuego”.

La acusación sostuvo que Castillo revisó las llamadas telefónicas de los que tenía como sospechosos en el celular de la mujer, buscó sus direcciones, entre ellas las del fotógrafo Galeano, de 39 años, y en la noche del 10 de junio de 2014 lo siguió hasta su casa, en 37, entre 3 y 4, y sin darle oportunidad lo asesinó de dos disparos por la espalda, uno en la cintura y otro en la cabeza, con una pistola de grueso calibre, que podría ser una Magnum 357 o una calibre 38.

 

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