Africa mía

La Plata tiene el privilegio de contar en la actualidad con dos de los tres mejores árbitros de básquet a nivel nacional: Alejandro Chiti y Fabricio Vito.

Vito (nacido hace 47 años, en Punta Alta, es platense por adopción) siguió los pasos de Chiti en el referato. “Para mí el Flaco como Alejandro Amiconi, director de la Escuela de Arbitros de la APdeB, fueron mis consejeros y lo siguen siendo dentro arbitraje”, señaló el juez internacional que se encuentra entre los 120 nominados por FIBA con esta categoría.

Se puede decir que Vito está de “paso” por la ciudad, ya que por su actividad de árbitro de básquet se encuentra viajando constante por el interior del país y hace un par de días acaba de llegar de Africa donde fue uno de los cuatro árbitro invitados para dirigir los partidos del Afrobasket 2017.

“Fue una gran experiencia tanto en lo deportivo como también de vida. El torneo se dividió entre dos países: Senegal y Túnez. En lo que respecta a Senegal noté la diferencia social que existe. Es un país de los que se dice del tercer mundo con una clase alta, de menor escala, que contrasta con la más baja. Por ejemplo hay mucha gente que duerme en las calles y sobre todo los chiquitos que al notar que uno era extranjero se acercaban para pedir dinero. Todo lo contrario fue en Túnez donde la sociedad se encuentra más occidentalizada”, sostuvo Vito.

En la fase regular a Vito le tocó arbitrar partidos en la zona de Senegal. “Otra cosa que me llamó la atención -sigue diciendo- que por ejemplo en el gimnasio donde tuvieron lugar los encuentros prácticamente se terminó a pocas horas de comenzar el torneo. En ese momento, el grupo de jueces fuimos a dar la última prueba física; mientras en Túnez, el gimnasio contaba con aire acondicionado y vestuarios individuales para los jueces. Otra diferencia entre ambos país que la FIBA determinó que organicen en forma conjunta el certamen más importante de selecciones del continente africano”.

Vito siguió con el dialogo y agregó que “la diferencia también se notaba en el juego, ya que aquellos equipos con raíces árabes eran más físicos, el resto tenía más ductilidad a la hora de jugar, pero también era notoria la rivalidad dentro de la cancha. Me tocó dirigir una de las semifinales entre Túnez y Marruecos y dentro del rectángulo entre los jugadores de ambos equipos había un roce que excedía los estrictamente lo deportivo”, reconoció el arbitro que ayer visitó la redacción de este diario con su hija Dolores, de 13 años, que encuentra cursando el primer año de la Secundaria en el Colegio Estrada y juega al vóley en las divisiones menores de Estudiantes.

En otro tramo de la charla, Vito jo que también le llamó la atención la “seguridad estricta” existente en la zona donde se jugó el último el máximo torneo de selecciones del continente africano que tuvo como ganador al representativo de Túnez. “Las calles están prácticamente militarizadas y en lo que respecta a los gimnasios había personas de seguridad que ingresan a los vestuarios con perros para controlar que no haya bombas”, resumió.

Al ser consultado si existen diferencia en el modo de dirigir en este tipo de torneos internaciones con la Liga Nacional de Básquet respondió: “sí -con tono reflexivo- quizá uno es menos flexible al aplicar el reglamento a rajatabla. Por ahí en nuestro país se trata de hablar más con los jugadores y de llevar el partido con la rienda floja”.

Cabe recordar que Fabricio Vito fue elegido como el mejor árbitro de la pasada Liga Nacional de Básquet. “Claro que para mí fue un orgullo y a su vez una gran responsabilidad. En los tres últimos partidos inaugurales de la Liga tuve la oportunidad de ser parte del referato, pero en esta ocasión fui por primera vez el juez principal del partido que jugaron Salta Basket y Atenas de Córdoba”.

Vito prepara otra vez las valijas, ya que mañana deberá estar presente en la ciudad de Mar del Plata para dirigir Quilmes y Argentino de Junín por una nueva jornada de la LNB; mientras tanto se hace un tiempo para compartir un momento con su familia.