Al Lobo no le salió nada y volvió a perder en el Bosque
| 30 de Septiembre de 2017 | 20:19

Por NICOLÁS LAMBERTI
Gimnasia vivió un partido digno de una novela surrealista esta noche en el Bosque. El equipo de Soso perdió 3 a 1 sufriendo dos goles de penal, uno de ellos por una infracción insólita, y además volvió a desperdiciar una importante cantidad de ocasiones como ya le había sucedido en Bahía Blanca.
El rival, de jerarquía individual por cierto, le llegó poco pero cada vez que lo hizo lo lastimó. Fueron tres trompadas asestadas en tres intentos para dejar al Tripero sin nada otra vez en su propia casa y ante su gente.
Mientras el mens sana continúe sin convertir al menos una porción de todo lo que genera en ofensiva, seguirá sufriendo mucho, puesto que es un equipo que ya demostró que cuando defiende es frágil y suele salir siempre abollado cuando lo atacan. Los 11 goles que sufrió en tan solo cinco fechas avalan este análisis que prácticamente no presenta atenuantes.
El equipo lo buscó de todas las formas y realizó un gran desgaste, pero Nicolás Ibáñez volvió a errarle al arco y no fue el único. Porque también hizo lo propio el uruguayo Dibble, aunque en detrimento de esto, fue el jugador mens sana más incisivo en ataque. Cuando el charrúa logre sumarle gol a la pimienta que le imprime a la ofensiva podrá darle frutos al mens sana.
Gimnasia no tuvo tiempo de intentar nada en el inicio del partido. Porque en la primera que tuvo, el conjunto Granate le dio el primer cachetazo en lo que fue una clara desatención defensiva. Los marcadores albiazules soltaron al goleador rival dentro del área y además le dieron todo el tiempo para tomar el rebote. Así, en apenas 1 minuto, Sand abría la cuenta.
Pero lejos de caerse, el Lobo se volcó contra el campo del visitante, comenzó a manejar la pelota y obligó a los de Almirón a retrasarse. Aunque comenzaron a verse una vez más las fallas en la definición. Primero se lo perdió Dibble, que hizo una gran jugada individual pero remató muy desviado y después lo siguió Ibáñez, que volvía a errarle al arco y por bastante.
La tónica del juego se mantuvo a lo largo de toda la primera parte, hasta que llegó el primer penal que Loustau le marco a Fabián Rinaudo. El zaguero tomó a Rojas levemente y el árbitro interpretó que la sujeción fue lo suficientemente sostenida como para sancionar. José Sand no se hizo mucho problema y ejecutó el penal con clase para marcar un 2 a 0 que caló hondo en el ánimo del triperío.
SIGUIÓ FALLANDO ADELANTE Y SUFRIÓ UN PENAL INSÓLITO
Sin embargo, en la segunda parte, el equipo siguió con la electricidad que necesitaba para alcanzar al descuento. Pero historia repetida: volvía a fallar frente a Monetti. Se lo perdió otra vez Ibáñez, que le pifió a la pelota cuando Dibble le cedió el gol y también se lo comió Faravelli tras un regalito de Monetti, quien antes ya le había ahogado el grito a Alemán después de un tiro libre.
Gimnasia manejaba la pelota, atacaba, pero no golpeaba. Y por si fuera poco, sufrió el penal más insólito de los últimos tiempos. Fabián Rinaudo levantó la mano para pedirle al línea que la pelota había salido e increíblemente, tras un rebote en Martín Arias, se le estrelló de lleno en el brazo. El mismo asistente sancionó lo que el árbitro no había percibido y otra vez José Sand, aislado de la discusión, volvió a engañar al arquero para poner el 3 a 0.
Con el resultado ya casi como cosa juzgada, quedó tiempo para el gol de Nicolás Mazzola, quien sí le acertó a la red después de un centro preciso del uruguayo Alemán. Con el equipo atacando a los ponchazos, se fue consumiendo el tiempo y no cambió más nada.
El Lobo volvió a perder en su casa quizás sin haberlo merecido, aunque el fútbol poco sabe de esto. Gimnasia, si se defiende poco, le será imperioso marcar en el arco de enfrente, caso contrario no podrá lograr resultados que le sean auspiciosos.
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