A un mes de la muerte de Lara, la Justicia avanza y el colegio busca retomar su rumbo

Ocurre un hecho inesperado, trágico, totalmente disruptivo de la vida escolar. Hay que asimilar el impacto, tratar de comprender, empezar a hacer el duelo. Y seguir adelante, porque cada día se debe continuar educando y atendiendo en sus necesidades y problemáticas a 1.800 adolescentes.

Se cumple hoy un mes del fallecimiento de Lara, la alumna de 4º 7º del Colegio Nacional que el jueves 3 de agosto se disparó en el aula y en plena clase con un revolver calibre 38. Y la institución de la Universidad de La Plata se encuentra atravesando aquel complejo proceso, que podría resumirse en una pregunta: ¿cómo se recobra la cotidianidad en un establecimiento educativo de casi 2.000 almas luego de un episodio que caló hasta los cimientos centenarios del edificio de 1 y 49?

El fin de semana pasado, como se informó, habló por vez primera Julissa, la madre de Lara, quien expresó: “No supe ver el mundo privado que la angustiaba” (ver aparte).

¿Cómo se recobra la cotidianidad en un colegio de 2.000 almas luego de un episodio que caló hasta los cimientos centenarios de su edificio?

Mientras tanto, en sede judicial hay causas en curso. La que inició de oficio la Fiscalía sobre el hecho ocurrido en el salón. Las que tuvieron su origen en las presentaciones de diez padres de la división de Lara por amenazas a sus hijos en la red social anónima Voxed. Y la que radicó la Presidencia de la UNLP contra ese sitio por la comisión de los delitos de amenazas (a alumnos, docentes y autoridades), instigación a cometer delitos (mensajes de usuarios destinados a pares para “darles su merecido” a compañeros de la chica) y exposición de menores sin autorización, según detalló en la víspera el asesor letrado de la Universidad, Julio Mazzotta.

Según pudo saber este diario, el juzgado federal a cargo de Ernesto Kreplak está avanzando “en todos los frentes”.

El letrado de la casa de altos estudios platense indicó, además, que “se han tomado ciertas medidas de seguridad a raíz de las amenazas sufridas por los adolescentes, sobre las cuales tuvimos que informar al juez”.

Los chicos de 4º 7º, por caso, “no cursan educación física en el campo de deportes de la UNLP, y la puerta del edificio escolar se encuentra siempre cerrada. Pero además, en la reja hay en forma permanente alguien de seguridad para cerciorarse de que sólo ingresen alumnos, docentes y no docentes de la institución”, puntualizó Mazzotta.

En tanto, el aula donde ocurrió el hecho está cerrada con llave y así permanecerá hasta el fin del presente ciclo lectivo.

El secretario de Asuntos Jurídicos y Legales de la Universidad anticipó, en este contexto, que “en un plazo no muy lejano empezarán a declarar algunos compañeros de Lara y la profesora”.

El abogado ya le entregó al juez un listado con los nombres de los adolescentes que dieron, junto con sus padres, el visto bueno para ir a la Justicia. “Son los que están en condiciones de hacerlo. Se respetarán a rajatabla los tiempos de cada uno”, se aclaró.

“ES IMPOSIBLE GENERALIZAR”

Y los tiempos de cada uno son bien distintos. En el colegio de avenida 1 comentaron ayer que “se está trabajando con todo el alumnado, pero con los chicos y chicas de la división de Lara en particular. Primero se abordó al curso, luego se empezó a trabajar en grupos reducidos y, en algunos casos, en forma individual”.

“El impacto fue terrible, pero en una comunidad, más en una tan grande y heterogénea como ésta, es muy diferente en cada uno. Es imposible generalizar”

Realzaron que “desde un principio el tema tomó carácter institucional, a nivel de la Universidad. Y desde entonces trabajan la dirección de Salud Mental de la UNLP, el área de Derechos Humanos, la prosecretaría de Asuntos Académicos (que se encarga de los colegios), y también organismos externos como los Centros de Asistencia a Víctimas -dependientes del ministerio de Justicia bonaerense-, que cuentan con abogados, psicólogos y trabajadores sociales para ayudar a solucionar diversas problemáticas”.

¿Cómo impactó en la comunidad el hecho?

“Es imposible generalizar. El impacto fue muy fuerte, sin dudas, pero en una comunidad, más en una tan grande y heterogénea como esta, es muy diferente en cada uno. Depende de la edad, de la cercanía al grupo de Lara, de las experiencias de vida”, reflexionaron en el colegio, para subrayar que en el caso de “los chicos de la división, muchos aún no han podido reconstruir lo que pasó ese día”.

En tal sentido, dejaron en claro que “este es un trabajo a corto, mediano y largo plazo”.