Vivir envueltos en cenizas, un drama cotidiano en el Barrio Campamento

Para Laura Petringa ya no es una sorpresa levantarse a la mañana y ver tapizados por un manto gris el piso de su habitación, del living y de la cocina. Tampoco le resulta extraño que en verano la pileta de natación de su pequeño parque amanezca con una capa de partículas renegridas sobre el agua que ella trata de mantener límpida día tras día. Sin embargo, cada tanto se cansa de la molestia cotidiana que le causa la planta de Copetro, que elabora carbón de coque a unos 20 metros de su vivienda, en el barrio Campamento, Ensenada, y, como ayer, la vecina renueva sus reclamos por las emanaciones.

Según la empresa petroquímica, ahora nada salió de su cauce en el procedimiento de producción y por ende “no se registraron inconvenientes”. Fuentes de Copetro indicaron en ese sentido que “la autoridad de control (el Organismo Provincial de Desarrollo Sostenible) realizó una inspección de las instalaciones, con resultado satisfactorio” y que “durante la visita no se detectaron fallas en el proceso”. Puntualizaron, asimismo, que “se está operando con normalidad”.

Petringa aseguró que en el barrio, en las últimas horas, volaron más cenizas que de costumbre. “Este polvo negro es algo de todos los días, pero ahora volví a hacer la denuncia en el OPDS porque ya es mucha la cantidad. Hoy -por ayer- junté una pala de carbón en un ratito”, dijo la vecina de la calle San Juan Nº 15.

“Medidores” en la vía pública

Tiempo atrás, para contar con algún control de los residuos de coque que vuelan cada vez que se produce alguna falla en la planta de producción, fueron instalados en la vía pública del barrio Campamento equipos de medición de los restos del carbón que pueden estar flotando, generalmente como ceniza, en la atmósfera. Los recipientes se colocaron el algunas cuadras adosados a una columna. Llama la atención de los vecinos que sus viviendas se tiñan de la característica capa de hollín mientras que el tubo de esos dispositivos no muestra ni una pizca del residuo. “No creo que este sistema sirva. Se supone que todos los meses miden la cantidad; dicen que siempre da en los límites permitidos. Pero nosotros tenemos el carbón adentro de nuestras casas”, añadió Petringa.

Barro el polvillo y al rato tengo que volver a limpiar porque volvió a ensuciarse, no puedo ni colgar ropa afuera” Ana María Riggio, Barrio Campamento

Las emanaciones afectan las viviendas de las calles Gaggino, Río de la Plata, Buenos Aires, Entre Ríos, San Juan, Ortíz, todas cercanas al establecimiento productor de coque. “En verano, con mi familia tomamos mate, almorzamos y cenamos en la galería. Ahora es imposible por la capa negra que cubre todo”, se quejó Roxana Nieva, vecina la calle Gaggino Nº 31.

LE PUEDE INTERESAR

De a poco se pone otra vez en marcha el servicio de los micros del Plaza

LE PUEDE INTERESAR

Se estiran las penurias por la falta de agua en distintos barrios de Berisso y Ensenada

Sumó su reclamo Ana María Riggio, de Ortiz Nº 12. “Barro el polvillo y al rato tengo que volver a limpiar porque se volvió a ensuciar. No puedo colgar la ropa afuera porque se mancha con esa sustancia aceitosa”, detalló la mujer.

En esta oportunidad, además, las partículas del carbón de coque llegaron más lejos que lo habitual, pues las recibió también la gente del barrio Cambaceres (calle Eva Perón al 900), varias cuadras alejadas de la planta. “Se nota que el viento las trajo para acá. La terraza de mi hija, que vive al lado, apareció a la mañana toda cubierta de un tizne negro”, puntualizó un vecino.

Desde el OPDS se señaló que tras la denuncia recibida en el teléfono 0-800 del ente un equipo de especialistas acudió al barrio y verificó la presencia del polvillo. “Todavía no hay un diagnóstico, pero se sigue de cerca el problema”, precisaron fuentes de la repartición que controla la calidad del medio ambiente.

La planta situada en Ensenada produce carbón de coque calcinado. Llega hasta allí, desde distintas destilerías del país, la materia prima, y el establecimiento la procesa para abastecer al mercado interno y para exportar. Con ese material se fabrican los ánodos que se colocan en las cubas para la obtención del aluminio.

Vieja demanda

El reclamo por las emanaciones en el barrio Campamento lleva décadas. Sólo que en los últimos años, con obras en el interior del establecimiento para evitar que las partículas de carbón se esparzan por el aire, se redujeron las ocasiones en que voló ceniza. Los primeros reclamos vecinales, por contaminación del medio ambiente -que alcanzaron la instancia judicial- comenzaron en 1982, cuando distintos frentistas comenzaron a denunciar problemas en su salud que vincularon a “nubes de hollín que se desprenden de la fábrica”. Llegaron a plantearse más de 150 demandas contra la firma.