El Pasaje, el Bosque y las plazas, último recurso al que se aferran los “sin techo”

Colchones apilados, frazadas extendidas al sol y decenas de bártulos arrinconados contra marcos y ventanas forman parte del refugio que un grupo de adolescentes en situación de calle montó en una de las terrazas del Pasaje Dardo Rocha, a escasos metros de una de las veredas mas concurridas de la Ciudad.

La escena llama la atención de quienes pasan por esa cuadra porque en las últimas semanas, según dijo gente de la zona, esa precaria instalación que se formó en uno de los edificios más emblemáticos de La Plata, no para de crecer.

La pregunta que se hacen quienes frecuentan a la mañana temprano esa cuadra es cómo y a la vista de cualquiera hay varios menores de edad durmiendo de manera tan precaria sobre colchones tirados en el piso, apenas cubiertos como para que el sol no les pegue en la cara, sin que llegue la ayuda de los organismos oficiales.

“Es muy triste ver chicos que todavía son casi nenes en ese estado de abandono, vivir en la calle no es bueno para nadie, menos para menores”, sostuvo Liliana, estudiante de Psicología y quien durante el año toma el micro universitario en esa cuadra.

Ella dijo haber asistido en varias oportunidades al cuadro de ver un grupo de adolescentes en situación de extrema pobreza.

Los comerciantes de los alrededores remarcaron que toda esa cuadra está en estado de abandono desde hace mucho tiempo y las personas que se “adueñaron” del espacio público no hacen mas que poner en evidencia la invisibilidad que tienen algunos indigentes para el Estado y la falta de respuestas.

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“Esos chicos que paran en ese lugar deben recibir asistencia y debe quedar claro que ese no es un espacio para vivir”, dijo Leticia, una jubilada que vive en un edificio de 6 entre 48 y 49.

Además se remarcó que durante el día a esos jóvenes se los ve deambulando de un lugar a otro, semi desnudos y que pasan extensas horas sentados en las escalinatas del Pasaje o durmiendo.

Como se dijo, el abandono generalizado de las inmediaciones del edificio es algo que se viene observando desde hace tiempo.

A las veredas rotas, se le suma todo tipo de desperdicios y basura que es común encontrarse alrededor de los árboles.

Desde desechos informáticos, hasta escombros, restos de comidas y muebles rotos. Además hay un penetrante olor fétido que sale de los focos de desperdicios.

Nancy Maldonado, titular de Sumando Voluntades, el parador nocturno para gente en situación de calle, consignó que aumentó la presencia de familias que viven en la calle.

“Los chicos que están en la vereda del Pasaje Dardo Rocha son de Villa Elvira y Altos de San Lorenzo, por distintas razones se fueron de su casa y sobreviven con lo que les dan”, dijo la voluntaria.

En principio fueron tres adolescentes que decidieron dormir en ese sector de la Ciudad y con el tiempo a ellos se sumaron otros 5.

“En la calle se viven peligros a los que los chicos no deberían quedar expuestos; ellos se organizan para pedir frente a los bancos o en las casas de comidas rápidas y después se van a dormir al Pasaje”, apuntó Maldonado.

Familias que viven en la calle

A raíz de las recorridas nocturnas que Sumando Voluntades hace para asistir a las personas en situación de calle, Nancy Maldonado logró conformar un mapa de familias completas que viven a la intemperie.

“Cuando uno va por avenida 7 y cruza hacia Tolosa se encuentra con gente viviendo en una toldería que da a los fondos del colegio de 526 y 7, son 3 mujeres y 4 hombres; en la Gruta del Bosque vive otra familia y en 72 entre 17 y 18 hay un matrimonio con su hijo que duermen adentro de un árbol, de un ombú”, sostuvo la voluntaria.

En el Parque Saavedra también hay otra familia con hijos pequeños que pasa las noches cerca del edificio de Absa. De acuerdo a lo que se informó, viven de la ayuda de los vecinos.

Todas esas familias son periódicamente asistidas con comida y bebida por los voluntarios de Sumando Voluntades.

“En 4 y 32 tenemos otra familia en la calle y ayer le dimos lugar a parte de una familia que vino del interior porque tienen un chiquito muy enfermo en el Hospital de Niños y en el hogar le dieron lugar para la mamá y otro de sus hijos, pero el esposo y su hija no tenían donde dormir, estamos sobrepasados por la necesidad de la gente”, dijo la titular de Sumando Voluntades.

Otros vecinos han señalado que por las noches se resguarda como puede en las inmediaciones de la estación de trenes, hospitales, iglesias y en torno a la ex sede de AMIA, en calle 4 entre 51 y 53, donde se ven a diario colchones y pertenencias, por lo que piden que los asistan.

Como se sabe, Sumando Voluntades cuenta con dos paradores, uno en calle 37, entre 6 y 7, en el que duermen 23 personas y el otro a la vuelta, sobre calle 6, en el que hay otras 12.

“Debería haber un área para atender las emergencias y que alguien socorriera a la gente que vive en la calle; en Sumando Voluntades no hay mas lugar, tengo gente en silla de ruedas, sin jubilaciones y gente que viene a pedir que le demos comida”, sostuvo la voluntaria.

Además, tanto en la Nochebuena como en Año Nuevo se recorrió las calles de la Ciudad para ofrecer comida a quienes viven en la calle.

Quien quieran acercar bebidas no alcohólicas o alimentos debe dirigirse al parador nocturno que se encuentra en calle 37 N°573, entre 6 y 7.

“En la Nochebuena comieron en Sumando 83 personas” y reunieron una cantidad parecida para Año Nuevo y a otros les dieron la comida en la calle, explicó Maldonado.

Desde la Municipalidad se informó que el parador de la Comuna funcionan normalmente y se albergan entre 25 y 30 personas en situación de calle (ver aparte).