Los bomberos merecen más recursos para su actividad

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Contar en cada localidad con ellos y, por supuesto, mantener en cada distrito y en debida forma a los cuerpos de bomberos, tan imprescindibles para garantizar la seguridad de la población -sin que debiera ser necesario que ocurran calamidades para tomar conciencia sobre la importancia que revisten estos organismos-, constituye una obligación y, por cierto, una condición indispensable para mejorar la calidad de vida de las distintas localidades.

Tales evidencias vuelven a corroborarse a partir del informe publicado en este diario, sobre la heroica y cotidiana actividad de los bomberos de La Plata, Berisso y Ensenada, siempre demandados por los perentorios reclamos de asistencia que formula la población.

Sea por incendios, por rescates de personas en los múltiples accidentes que se producen o, inclusive, para rescatar animales domésticos atrapados entre rejas o caídos en pozos, lo que cubren los bomberos –sean ellos los cuerpos oficiales, dependientes del área de Seguridad, o los no menos trascendentes cuerpos de bomberos voluntarios- es una diversidad de emergencias, algunas de ellas ciertamente dramáticas.

Obligados muchas veces a acceder a terrenos inhóspitos, a trepar árboles peligrosos, a internarse en pozos y excavaciones profundas para rescatar mascotas, esta última una de las actividades con mayores requerimientos diarios. A tal punto que del total de casi 800 intervenciones, luego de los incendios que obligaron a realizar casi la mitad de las salidas, en segundo término de la estadística aparecen los rescates o salvatajes de animales domésticos.

Claro que también los bomberos deben atender casos de desmayos de personas, entre otros accidentes médicos, además de ofrecer servicios varios relacionados, por ejemplo, a accidentes viales, derrames de sustancias peligrosas o emergencias surgidas de desastres meteorológicos.

Está claro que surge como prioritaria la necesidad de brindar un permanente apoyo institucional a los cuerpos de bomberos, de modo que dispongan de los elementos que hagan falta para combatir rápida y eficazmente las emergencias que se puedan ir presentando. Bien se conoce que algunos de estos cuarteles carecen de los recursos mecánicos, técnicos y presupuestarios que hacen falta para desempeñarse con la idoneidad y urgencia adecuadas.

Es evidente que se le debe garantizar a los cuerpos de bomberos la disponibilidad de todos aquellos recursos y equipos que les hagan falta para actuar con eficacia. Se sabe, por lo pronto, que la rapidez con que se acuda al lugar de un incendio o de un accidente es fundamental para salvar vidas humanas y neutralizar daños irreversibles en orden a los bienes afectados. Cada segundo de demora en la aplicación de los recaudos destinados a detener el deterioro, puede implicar un margen de pérdidas irrecuperable.

La entrega física y las muestras de solvencia y de solidaridad de los cuerpos de bomberos –que no trepidan en dar la propia vida en su empeño- tienen que ser correspondidos con un respaldo proporcional a los riesgos que afrontan esos servidores. Son muchas las vidas y muy valiosos los patrimonios que, en forma cotidiana, dependen de ellos.

 

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