Crece el consumo de drogas de diseño y el inicio se da a edades cada vez más tempranas
Edición Impresa | 7 de Enero de 2018 | 05:20

Por OMAR GIMENEZ
omargimenez@gmail.com
Cuando cinco jóvenes que habían consumido drogas sintéticas murieron en la fiesta electrónica Time Warp, en abril de 2016, muchos expertos pensaron que la tragedia marcaba un antes y un después para un tipo de sustancias hasta entonces consideradas inocuas por quienes las consumían. Se creyó que perderían popularidad entre sus usuarios y que su consumo caería. Sin embargo, el paso del tiempo demostró otra cosa. El consumo de drogas de diseño no cayó y algo peor: cada vez es más temprana la edad de inicio, que bajó desde entonces, de los 25 a los 18 años en la Región, mientras los datos de Sedronar indican que a nivel nacional ese umbral descendió hasta los 13 años.
El dato local surge del Hospital de Toxicología y Salud Mental de La Plata, centro de referencia a nivel provincial, donde detectan otra cara del fenómeno: su expansión desde las fiestas electrónicas hacia nuevos ámbitos como fiestas clandestinas y reuniones privadas.
Allí también preocupa, por estos días, el factor estacional: el verano en la Costa suele estar asociado con un aumento de las emergencias en las localidades balnearias vinculadas al consumo de alcohol y drogas, entre ellas, las sintéticas.
Por caso, entre el último fin de semana de 2017 y el día de ayer se difundió el resultado de distintos procedimientos enmarcados en el Operativo Sol en el que fueron secuestradas dosis de éxtasis, LSD, marihuana, cocaína, popper y ice cristal, en más de medio centenar de operativos en los que se registraron 46 detenciones.
Al mismo tiempo, y según datos del Ministerio de Seguridad Nacional, el secuestro de sustancias sintéticas se sextuplicó entre 2015 y 2016 en todo el país (ver aparte).
En ese marco, ayer , desde la Defensoría del Pueblo bonaerense se advirtió sobre la necesidad de contar con políticas públicas basadas en un sistema informativo que alerte sobre toxicidad y riesgo de las drogas de diseño (ver aparte).
Pero otra preocupación aparece en el horizonte del verano, si a drogas se refiere: y tiene que ver con la posible presencia de la sustancia conocida como “flakka” en los centros de veraneo, una posibilidad sobre la que alertó en las últimas horas las Asociación Antidrogas de la República Argentina.
La advertencia fue hecha después de que, recientemente, se registrara en el Gran Buenos Aires la presencia de esta droga (conocida popularmente como la droga zombie) el último 23 de diciembre.
Fue en el caso de un joven que tuvo una crisis de extrema autoagresividad en Florencio Varela, se desnudó, golpeó su cabeza reiterada y voluntariamente contra el parabrisas de un colectivo y se mordió sus propios genitales.
La inquietud por la presencia de esta droga de origen asiático en el país ya había sido expresada en el mes de abril por la Sedronar a través de un comunicado (ver aparte).
DIFÍCILES DE CONTROLAR
Una de las características de las drogas de diseño es su composición cambiante, que las hace tan riesgosas como difíciles de controlar.
Se estima que permanentemente aparecen nuevas sustancias, muchas de las cuales no están contempladas en la ley nacional que combate a las drogas,
Un dato que da cuenta de este crecimiento aparece en un informe difundido por el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense: indica que en 2012 se contabilizaban en todo el mundo 260 sustancias psicoactivas, mientras que en 2015 ya eran 483.
“La dinámica de estas drogas se caracteriza por su naturaleza cambiante: la composición se va modificando y con ella sus efectos. Y todo esto tiene su correlato legal: cada vez que se trata de hacer ingresar una nueva sustancia entre las contempladas por la ley, ya hay alrededor de una decena de variantes de la misma droga circulando en el mercado”, dice Ana Girardelli, directora del Hospital de Toxicología y Salud Mental de La Plata.
Girardelli destaca que de las intervenciones que realiza esa institución en emergencias y casos de adicciones en todo el territorio provincial, se desprenden algunas tendencias relacionadas con las drogas de diseño. La más notoria y preocupante de ellas es la baja de la edad promedio de los consumidores,
“Cuando todo esto comenzó, el consumidor promedio de drogas de diseño tenía entre 25 y 35 años con un poder adquisitivo medio o alto ( se estima que hoy una pastilla de éxtasis vale alrededor de 400 pesos). Después de la tragedia de Time Warp se esperaba que la idea, tan difundida entre los consumidores, de que se trataba de drogas inocuas iba a cambiar y se iba a producir una caída en el consumo: pero eso no sucedió. Y no sólo eso. También se redujo la edad promedio de los consumidores, que pasó de la franja de entre los 25 y los 30 años a la de entre los 18 y los 25 en la Región”, dice la especialista.
Al mismo tiempo, agrega, se expandía el consumo, inicialmente circunscripto a las fiestas electrónicas a nuevos ámbitos, como las fiestas clandestinas y reuniones privadas.
Antes y después de Time Warp se produjeron otras tragedias relacionadas con drogas de diseño que provocaron que el número de víctimas fatales por este flagelo crezca. Con todo, ninguna de esas muertes alcanzó para cambiar una de las ideas más nocivas que rodea su consumo: “el consumidor habitual de estas drogas sigue considerándolas inofensivas y controlables, cuando no son ni una ni otra cosa”, dice Girardelli.
Es que a los trastornos conocidos que provocan y que terminan siendo tratados en las salas de emergencias y hasta provocando la muerte de los consumidores, tales como la deshidratación, crisis de hipertensión o cardíacas, las drogas de diseño suman secuelas que ya se están detectando en plazos cortos (alrededor de tres años).
Entre esas secuelas se cuentan las alteraciones de la memoria y los trastornos por los cuales la musculatura se va debilitando.
Con respecto al grado de adicción que producen, según Girardelli, “no se pudo demostrar aún una adicción física, aunque la adicción psicológica que generan es indiscutible”
483
Nuevas sustancias psicoactivas se contabilizaron a nivel internacional en 2015, cuando en 2012 habían sido 260.
5.000
Millones de pesos. Alrededor de esa cifra mueve el mercado de las drogas de diseño en el país. Una pastilla de éxtasis cuesta alrededor de 400 pesos
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE