Varios casos que sacuden la zona de producción hortícola

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El episodio en la quinta de 52 y 201 tiene algunos antecedentes cercanos que generan inquietud en la zona de quintas y barrios de la periferia de la Ciudad. Hace diez días, en un establecimiento rural situado en 197 y 56, irrumpieron cuatro ladrones. Eran las 11 de la noche. Rompieron la puerta a patadas e hicieron un disparo que rozó la cabeza del dueño y lo dejó tendido en el piso, desmayado. A la esposa le pegaron varios culatazos y mientras duró el asalto tenían como rehén al niño de 2 años. Huyeron con 15 mil pesos.

El jueves pasado le tocó la pesadilla a Ulises, en 531 entre 207 y 208 , Abasto, cuya casa marca el límite urbano con las quintas. No pudo contener a dos ladrones, que entraron encapuchados tras destruir una puerta y una ventana. El hombre terminó con golpes y cortes provocados por los delincuentes.

Quince días antes, en una quinta ubicada en Etcheverry, a la altura del kilómetro 61,5 de la Ruta 2, una familia fue sorprendida a medianoche por una banda de delincuentes. “Policía, policía”, gritaban al ingresar pateando la puerta. Buscaban 1 millón de pesos en una casa donde no había más de 10 mil. En un descuido de los ladrones, un hombre y una mujer pudieron escapar y pedir ayuda.

Al día siguiente, otra madrugada de terror en Abasto: una familia fue asaltada en su casa de 427 entre 230 y 231. Les robaron 13 mil dólares, una escopeta y una Toyota Hilux.

 

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