En un escenario de violencia extrema, tuvo cautivos 3 días a su mujer y su hijo

Un joven de 20 años fue detenido luego de que su madre, también víctima de agresiones, denunciara el martirio que vivía su nuera y su nieto de 2 años, a quienes les pasaba comida por una ventana

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“Le tenía terror”. Una investigadora que actuó en el espeluznante caso de violencia familiar y de género en inmediaciones de 13 y 149, Berisso, definió así el tenor de lo que vivía una chica de 22 años con su pareja, de 20, quien la tuvo cautiva durante tres días en la casa que compartían junto al hijo de ambos, de 2 años.

Según informaron fuentes de la Policía y la Justicia, ese martirio se terminó durante el mediodía de ayer, cuando efectivos de la Policía llegaron a la vivienda con información precisa sobre lo que sucedía, aportada por alguien que conocía de cerca esa relación: la madre del joven, que ahora está detenido en la comisaría primera, fue quien pidió el auxilio.

Siempre según los datos de la investigación a los que pudo acceder este diario de fuentes calificadas, la mujer estaba al tanto de que su propio hijo ejercía violencia contra su nuera y en este último capítulo de esa relación se acercaba a la chica y a su nieto con comida. Como no podían salir de la casa, les pasaba una vianda por la ventana.

Si bien la historia recién se empieza a escribir con retazos de las declaraciones de la madre del detenido y de su nuera, se empezaba a delinear ayer una larga secuencia de agresiones que hasta incluían a la madre del imputado en la causa que recayó en la UFI Nº 15, a cargo de la fiscal Cecilia Corfield.

“La mujer fue víctima de su hijo y en este caso se compadeció de lo que le tocaba vivir a la nuera y al bebe. Entonces les llevaba comida y finalmente hizo la denuncia”, apuntó la fuente.

La joven cautiva no tenía contacto con el mundo exterior a la casa, situada en una zona alejada del casco céntrico de Berisso, al margen de una cuadra con calzada de tierra, en un área de calles asfaltadas.

Este diario visitó la zona, pero algunas personas que estaban en la vivienda apuntada por la Policía en el operativo del mediodía, se negaron a hablar sobre la situación.

De allí se llevaron al joven arrestado, en medio de un operativo en el que también hubo violencia, según se apuntó luego.

“Cuando llegó la Policía, la madre explicó que el hijo estaba adentro, amenazando a la chica con una tijera”, se indicó.

Los efectivos entraron y el joven intentó frenar el salvataje pero fue reducido. Así llegó un poco de alivio para sus familiares. En particular, para la pareja, quien lo había denunciado.

Las presentaciones están archivadas en la Fiscalía de Género regional, según adelantó un investigador sobre información que ahora ingresará al expediente.

Examen médico

Finalmente, los efectivos lograron reducirlo para el traslado a la Primera, donde permanecía detenido. Las víctimas de la casa fueron derivadas al cuerpo médico policial. La fuente consultada indicó que el bebe y su mamá se encontraban en buen estado general de salud.

No obstante, a la mujer se le detectaron lesiones de vieja data, compatibles con la violencia de género que se investiga. “Tenía marcas que podrían ser de golpes o bien de lo que ella describía como apretones en las manos o en los brazos”.

La joven había perdido todo contacto con el mundo exterior. Se investiga si el acusado tenía bajo llave a la chica y al niño. Lo que se presume es que le había cerrado el camino a toda forma de contacto a través de las vías de comunicación tecnológicas.

“El teléfono celular de la mujer estaba escondido en un ropero y también la tablet que solía usar el nene. De esa forma estaba impedida de pedir ayuda”, se apuntó desde el equipo que desarrolla la investigación comandada por la fiscal Corfield.

Las líneas de la pesquisa en desarrollo también incluyen el perfil del acusado.

Durante la tarde de ayer, mientras se realizaban las primeras diligencias con las víctimas y los documentos de la causa judicial, se reveló que el hombre detenido podría presentar algún tipo de patología psiquiátrica, de la que podría derivarse alguna de las reacciones que generaron los delitos investigados.

“En la familia se mencionó que el muchacho estuvo bajo tratamiento por algún problema psiquiátrico y que al dejar de tomar la medicación podría generar problemas en su entorno”, se señaló.

Los investigadores de la Policía y la Justicia ahora buscan reconstruir para el expediente la trama de relaciones familiares. La madre, quien denunció la situación de violencia por la que atravesaba la pareja de su hijo y su nieto, lo venía observando desde hace días, a partir de un contacto frecuente con las víctimas.

“Podría plantearse una situación de encubrimiento, pero está alcanzada por la excusa absolutoria que comprende a los padres y madres”, explicó la fuente judicial.

En el cuadro también se planteó la complejidad relacionada a que la mujer que finalmente denunció la violencia también dijo ser víctima de agresiones por parte del joven apuntado en la causa, caratulada con el delito de privación ilegítima de la libertad (agravada por la violencia).

Una vez puestos a resguardo, la mujer y el niño, del peligro en el que estaban en la casa, los efectivos policiales realizaron una requisa en la que encontraron objetos clave para la investigación, como el celular de la mujer, la tablet del niño y la tijera que habría usado el detenido para amenazar a su pareja en el capítulo final de la historia de terror.

A la mujer se le detectaron lesiones compatibles con el cuadro de violencia en investigación

 

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