Gremio le dio un golpe inesperado a River en la ida

“Vamos a ser avasallantes”, dijo el Muñeco Gallardo el pasado viernes, dolido por la derrota ante Colón en Santa Fe, cuando le preguntaron en torno al partido de anoche ante Gremio en el Monumental. Nada de eso pasó. River jugó muy mal, no tuvo ideas y quedó maniatado por el brillante planteo táctico de Gremio, que lo venció 1 a 0, por el gol de Michel, en la semifinal de ida de la Copa Libertadores de América.

Era toda una declaración de principios del respetado DT, que anoche se dio un baño de masas en la previa del partido con un mosaico que los hinchas millonarios hicieron en la Belgrano Alta con el “M.G.”, sus iniciales, para revalidar su devoción. Sin embargo, esa idea de salir a quemar las naves en el primer cuarto de hora no salió como el cuerpo técnico local lo esperaba.

Renato Portalupi, o Renato Gaucho para el mundo del fútbol, demostró con el planteo inicial que es algo más que aquel irreverente que desafía el paso de los años manteniendo el look “ochentoso” que lo llevó a centenares de tapas de revistas del corazón en Brasil. Renato plantó a su equipo de manera inteligente a lo largo del campo de juego, tanto que neutralizó el circuito de fútbol de River por las bandas. Los brasileños esperaron en tres cuartos, con varios efectivos apostados en zona clave para entorpecer la salida de River.

Así, el once de Núñez se vio forzado a saltar líneas con envíos largos y para esa empresa no tenía a los hombres adecuados. Es que Gallardo puso en campo a futbolistas de buen pie, con la idea de hacer circular el balón por abajo, algo que recién pudo cristalizar en los últimos diez minutos de juego del acto inicial.

El hombre que sacudió la modorra millonaria fue el chico Exequiel Palacios, con desparpajo, ya que el ver que era difícil entrar al área rival tocando, rompió el cerrojo gaúcho con dos disparos de media distancia. Ambos con puntería y bien direccionados, aunque salvados por el buen arquero de la visita: Marcelo Grohe.

Fueron dos avisos interesantes, aunque también muestra de cómo la visita le complicó los planes estratégicos a los de la Banda.

Tan así fue que el propio Marcelo Gallardo perdió los papeles con un par de acciones que le pusieron los pelos de punta y reprobó enérgicamente desde su sector a los suyos. Fue un intento de generar un sacudón en los futbolistas que tuvieron un capítulo inicial que quedó lejos de lo imaginado en la previa ni siquiera por los más pesimistas.

El acto inicial terminó con el marcador en blanco. River tuvo dos chances y otras tantas aproximaciones. Gremio apenas dos posibilidades truncas a la salida de sendas pelotas detenidas. Al cabo de los 45 minutos iniciales, el negocio fue para el “tricolor gaúcho”.

EL OSO AL CAMPO Y EL GOLPE INESPERADO...

Rápido de reflejos, al ver las carencias ofensivas, Gallardo no dudó sacar a Scocco y mandar al campo al “Oso” Pratto, procurando otra potencia en los últimos metros del campo.

Sin embargo, no contaban con la sorpresa de la noche. Mientras River se acomodaba a la nueva idea, Gremio dio un golpe de autoridad y a la salida de un tiro de esquina un cabezazo de Michel adelantó a los brasileños.

Ese mazazo exasperó aún más lo ánimos de un River que, si ya estaba perturbado por su falta de ideas, tras quedar abajo en el marcador perdió la brújula y ningún cambio surtió efecto para modificar el cuadro de situación.

River siguió desorientado por el magnífico planteo rival. Fue tal la confusión que en varias acciones Pratto terminó enviando centros, en lugar de permanecer en el área para buscar la finalización.

Llegó el final y, con él, el castigo a la falta de ideas de River.