Los líderes europeos, en aprietos por el auge de los extremos políticos

La decisión de Ángela Merkel de seguir como canciller de Alemania hasta 2021 pero renunciar como líder de su partido refleja la difícil situación de los líderes europeos: los partidos centristas pierden terreno ante el avance de los extremos políticos.

Merkel cedió a las realidades políticas tras varias elecciones en las que su partido sufrió duras derrotas, y en las que ascendieron partidos a los dos lados de su Unión Demócrata Cristiana (CDU). En Italia gobierna una coalición de partidos antiinmigrantes y anti establishment, y en Francia el presidente Emmanuel Macron, pese a sus posturas pro empresariales y pro Unión Europea (UE), perdió popularidad.

En Gran Bretaña, la premier Theresa May gobierna sin mayoría en el Parlamento. Ante las dificultades para mantener el apoyo de su Partido Conservador, intenta hallar una fórmula para la salida del país de la UE que satisfaga a todos los sectores. La idea de la democracia, durante décadas el pilar del “Proyecto Europeo”, peligra mientras surgen gobiernos autoritarios como los de Hungría y Polonia.

Alice Billon-Galland, analista del instituto de estudios European Leadership Network en Londres, dice que los europeos están apoyando no sólo a los partidos de ultraderecha sino también a los “anti establishment” de la ultraizquierda como los Verdes, que tuvieron buenos resultados en las elecciones alemanas. Eso deja a los líderes europeos en una posición vulnerable ante los comicios para el Parlamento Europeo en 2019, y lograr un liderazgo fuerte y unido es difícil ante la salida de Gran Bretaña del bloque y la turbulencia política en Alemania.

La realidad es muy distinta a la que reinaba hace dos décadas, cuando colapsó la Unión Soviética y se amplió la UE para incluir a países que otrora estaban en la órbita soviética. Por entonces se respiraba un aire de triunfalismo, quizás acompañado de la creencia inocente de que perduraría para siempre la libertad, la libre expresión expresión, la libertad de movimiento y la economía de mercado. Pero eso fue antes de que Europa sufriera una serie de ataques terroristas y una ola migratoria de Asia, África y Medio Oriente, y luego de varias crisis financieras que socavaron la confianza en el euro. El espíritu de estos tiempos, dicen los expertos, va en contra de las políticas centristas, racionales y pro europeas.

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