La perra que volvió a su hogar cinco años después de perderse

Una familia de Connecticut se reunió con su perra cinco años después de que su mascota se perdió. El reencuentro, conmueve.

La funcionaria del Centro de Control Animal de la ciudad de Norwich, Donna Gremminger, encontró a la hembra de 17 años de raza dachshund en el estacionamiento de un parque municipal, según reportó el diario Norwich Bulletin. La perra había perdido prácticamente toda la vista y la audición, lo que hizo aún más compleja la situación.

Gracias a un microchip, las autoridades identificaron a los dueños de la perra como Rick y Michelle Riendeau de la ciudad de Brooklyn, Connecticut. Y a partir de allí fue posible reunir a la pareja con su mascota, algo que resultó para ellos tan impactante como emotivo.

Rick Riendeau dijo que había llamado a control animal cuando la perra, de nombre Lady, se perdió. Al no tener novedades en los días siguientes al extravío, empezó a considerar distintas opciones, algunas muy penosas como luego recordó.

Debido a que viven cerca de una zona boscosa, temían que un depredador la hubiera matado o que se hubiera alejado demasiado del lugar y que le hubiese sido imposible regresar al hogar, de acuerdo a lo que indicó.

La información de contacto del microchip de “Lady” tenía un número de teléfono del ex empleador de Riendeau en Rhode Island. Así, el ex empleador pudo contactarlo y darle la buena noticia.

LE PUEDE INTERESAR

Creencias virtuales en un mundo real

LE PUEDE INTERESAR

Un mundo de prejuicios

“Pensamos que se había ido”, dijo Riendeau. “Ella es el mejor perro que hemos tenido”, señaló.

“‘Lady” se perdió cuando tenía alrededor de 12 años. Ahora, ya con 17 y casi sin vista ni audición, pudo volver con sus dueños.

Este caso hizo recordar a otros en los que perros se han reencontrado con sus dueños después de períodos importantes de tiempo en los que estuvieron separados por alguna razón.

Según estudios que la Universidad de Vancouver ha hecho, algunos perros consiguen volver a casa porque logran rastrear a sus dueños. Para un perro, su dueño es el líder de la manada, por lo que son capaces de olerlo a largas distancias. Debemos recordar que un can no sabe dónde está, ni hacia dónde debe ir, pues su sentido de la orientación es totalmente nulo. Por ello, el primer sentido por el que se guía es el olfato.

El olfato de los perros es excepcional, pues son capaces de reconocer el olor que buscan en un ambiente lleno de aromas diferentes y tienen la capacidad de seguirlo hasta encontrarlo.

La nariz de los perros tiene dos canales independientes: uno para respirar y el otro para oler. Gracias a esto, no importa cuántos olores puedan haber en el lugar en el que están, ya que tienen la capacidad de aislar todos los que no necesitan y encontrar el que buscan.

Un ser humano tiene una media de cinco millones de receptores olfativos mientras que los perros tienen cientos de millones. La parte del cerebro del can que capta estos olores está mucho más desarrollada en estos animales que en las personas, siendo capaz de captarlos y memorizarlos, pudiendo así encontrar ese olor en cualquier lugar.

La otra razón por la que son capaces de volver a casa es por la lealtad que sienten hacia su amo. Su amo, su hogar y su territorio, son la vida de los perros, y movidos por ello son capaces de regresar aun cuando no haya un olor característico que los guíe.

Para ellos, es más que volver a casa, es reencontrarse con el ser que más aman en el mundo y por el que serían capaces de dar su vida.

¿Quién no recuerda a Hachiko? Este leal perro volvió día tras día durante 7 años al lugar en el que recogía a su amo a diario. Un día su amo no regresó pues murió de un ataque al corazón. Hachiko podría haberse quedado triste unas horas en casa y haber seguido viviendo feliz con la familia acogido y bien cuidado.

No obstante, su lealtad fue más allá. No le importó el frío ni el calor, tampoco el tiempo que se pasaba allí. No entendía porqué su amo no volvía, pero Hachiko murió en aquella estación de tren esperando durante años a su amo, el ser que más amaba en el mundo (Con información de AP).