Un camión la pasó por encima y huyó en 122 y 51: piden testigos

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La familia de Agustina Acevedo Di Virgilio (20) busca, con desespero, algún tipo de información que permita dar con el conductor de un camión que el jueves último la atropelló, mientras iba en bicicleta por la avenida 122.

A causa de ese siniestro vial, la joven, que está internada en el hospital Rossi, podría perder una extremidad.

“Le están tratando de salvar el brazo. Tiene pérdida de masa muscular, fractura expuesta de codo, de húmero y de escápula”, le dijo Cecilia, su madre, a este diario.

Todo lo que los familiares de Agustina saben del incidente fue revelado por testigos que estaban en el lugar al momento del hecho, explicó la mujer.

De acuerdo a la reconstrucción que realizó la familia, eran las 7.50 cuando se marchó de su hogar. Esa mañana, como todos los días, la estudiante de Medicina salió de su casa, ubicada en 38 y 121, con destino a la facultad.

El testimonio sobre lo que sucedió luego, lo aportó un automovilista que alcanzó a observar cómo un camión que venía delante suyo “cruzaba en rojo el semáforo de 122 y 50”.

Algunos metros después, el rodado de gran porte golpeó a la chica, que perdió el equilibrio y cayó sobre la cinta asfáltica, relató el testigo ocular.

“Cuando ella cae, el camión la pasa por arriba con el acoplado”, sostuvo Cecilia. Y agregó: “Nunca paró a ver qué había pasado, siguió su camino como si nada hubiera ocurrido”.

La gente que transitaba por el lugar enseguida se acercó al joven. La retiraron de la cinta asfáltica y la colocaron a la vera de la calle. Luego, “llamaron al 911 y al 107 varias veces, porque mi hija se desangraba en la vía pública. La ambulancia tardó más de 30 minutos en llegar”, aseveró. Agustina mantuvo la lucidez y llegó a dar el teléfono de su padre y de su hermano, quienes fueron los primeros en enterarse de lo sucedido.

Sobre el vehículo, Cecilia manifestó que “no tenemos la patente”, pero sí una breve descripción. “Era cabina simple, moderno, blanco, con un acoplado largo de chapa cobrizo oscuro o negro que cargaba bultos grandes, cubierto con lonas”, indicó. “De casualidad no la mataron. Trabaja en (la fundación) TECHO, es estudiosa, y ahora corre riesgo su vida”, lamentó su mamá. Cualquier información comunicarse al teléfono 423-3792 o enviar un correo a ceciliadivirgilio@gmail.com.

 

 

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