Las metas que debe fijarse la Ciudad en su aniversario

Este nuevo aniversario de su fundación encuentra a La Plata con muchas asignaturas pendientes y ello, en lugar de originar inquietud o desaliento, debe ser interpretado como un desafío para la actual generación. De allí que sea preciso, justamente, asumir el firme compromiso de actualizar y proyectar las virtudes de nuestra ciudad.

Reactivar sectores económicos cuya importancia es vital para la calidad de vida de la población; recuperar un sistema educativo que fue, en la Universidad y en todos sus niveles, un orgullo para nuestra ciudad; fortalecer la estructura de los hospitales públicos y reconquistar el nivel de excelencia que tuvo la medicina platense; profundizar el impulso del naciente polo informático; modernizar el diagrama urbano y resolver los gravísimos problemas que hoy plantean un tránsito automotor congestionado y un transporte de pasajeros ineficiente, forman parte, entre muchas otras, de un cúmulo de tareas que la Ciudad debiera ejecutar sin dilaciones.

Existen desde siempre las indudables cualidades urbanísticas y, antes que ellas, la trascendencia política e institucional que le dieron razón de ser al nacimiento de la capital de la provincia de Buenos Aires. Es un pasado que llena de orgullo y que viene a resultar una herencia primordial para las sucesivas generaciones de platenses. Pero esa historia y esa cultura son las que deben prolongarse hacia el presente y el porvenir, retomándose el espíritu creativo y ambicioso de los fundadores, convirtiendo los sueños en realidades tal como lo hicieron en aquellos brillantes años de la fundación y de inicios del siglo XX.

Esto significa que la Ciudad necesita recrearse, diseñar un modelo de futuro y avanzar en su concreción sin pérdida de tiempos. Es que por encima de la lista de necesidades cotidianas, de las urgencias y problemas urbanos, está la obligación de definir un rumbo estratégico, un plan de vanguardia que la reubique en el sitio eminente que siempre tuvo y le corresponde.

Se trata de una obligación que le corresponde a todos. A las instituciones platenses, a las organizaciones no gubernamentales, a las universidades, a los investigadores, al sector privado, a cada uno de los vecinos, al Estado municipal en primer término y también a la Provincia , cuyo gobierno se asienta en su seno.

No hace falta mencionar los sitios que han sido y siguen siendo, a lo largo de estos 136 años, promotores y pilares del mejor desarrollo de nuestra ciudad. Polos de conocimiento, gestores de iniciativas, propulsores del progreso, espacios aptos para la cultura y la recreación.

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Todos ellos deben ser potenciados ahora y a ese patrimonio ya adquirido deben sumarse nuevos establecimientos que sean dinámicos factores de crecimiento. La Ciudad tiene que buscar y obtener inversiones, procurándose siempre privilegiar la mayor generación posible de empleos y oportunidades. Esta fue siempre una ciudad que atrajo: primero la mano de obra para ser construida y, luego, decenas de miles de bonaerenses y aún de habitantes de otras provincias y países que la eligieron para estudiar y trabajar, para forjar sus familias y su futuro.

Se ha dicho y con razón que La Plata tiene un enorme potencial para volver a ser un faro académico, científico e intelectual en América latina. Nuestra ciudad cuenta con un capital humano de extraordinaria riqueza.

Este nuevo aniversario debería servir para poner en marcha la gesta transformadora que nuestra ciudad reclama. La Plata debiera aprovechar con inteligencia los recursos de que dispone y volver a ser la ciudad seductora que fue, merecedora de los justificados reconocimientos que supo conquistar desde su fundación.