Un “picadito” divertido ante la mirada de una multitud
Edición Impresa | 23 de Noviembre de 2018 | 04:13

Los futbolistas de Boca vivieron su propia fiesta, a pocas horas de jugar contra River la segunda Súperfinal de la Copa Libertadores.
Lo de ayer a la tarde fue una mera cita con los hinchas, que sirvió de excusa para que la multitud le diera su apoyo absoluto a los jugadores y cuerpo técnico, porque el plantel había entrenado con mayor intensidad horas antes de ir a la Bombonera, en el predio de Casa Amarilla, en donde Guillermo Barros Schelotto paró un equipo y realizó un táctico a puertas más cerradas que de costumbre.
Sin ningún tipo de confirmación, pudo saberse que de ese táctico se desprendería que el posible once boquense formaría con Esteban Andrada; Leonardo Jara, Carlos Izquierdoz, Lisandro Magallán, Lucas Olaza; Nahitan Nández, Wilmar Barrios, Pablo Pérez; Agustín Almendra o Sebastián Villa, Mauro Zárate o Tevez; y Ramón “Wanchope” Ábila.
En este punto es donde queda en claro que la lesión de Cristian Pavón, desgarrado en el empate 2-2 ante River el 11 de noviembre pasado, generó muchas dudas para su reemplazo, como lo indica la danza de nombres que tienen chances de jugar.
Eso fue antes de que los futbolistas se trasladaran desde el predio Pedro Pompilio a La Bombonera, donde los esperaba una multitud ansiosa que obligó a la dirigencia de Boca a cerrar las puertas del estadio pasadas las 17.
En medio de la multitud que hizo templar el estadio, los jugadores salieron al campo de juego alrededor de las 17, para sentir el calor de los hinchas.
Y como excusa, se armó un entrenamiento que duró aproximadamente 50 minutos, donde los jugadores participaron de un divertido “picadito”, con dos equipos mezclados en la mitad de la cancha (ambos con pecheras), en espacios reducidos. Luego, el grupo se dedicó a saludar a los presentes.
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