Merece apoyo el servicio que prestan bomberos de la Región

Los tres simulacros de incendio realizados por los bomberos para mejorar su preparación, realizados en estas jornadas en la zona de El Peligro, por la magnitud y eficacia con que se desarrollaron esos procedimientos destinados a capacitar a los aspirantes que finalizaron su curso 2018, evidenciaron una vez más la importancia de que la Región disponga de mecanismos ágiles y eficaces para enfrentar las emergencias, perfeccionándose los mecanismos de reacción ante eventuales siniestros.

En esta oportunidad, la prueba desarrollada por los bomberos incluyó el rescate de una persona supuestamente desaparecida, desplegándose ambos operativos en una casa abandonada y en una zona boscosa. Así, los jóvenes bomberos recrearon distintas situaciones para que quienes van a incorporarse a ese cuerpo de voluntarios pudieran entrenar en el campo los diversos aspectos que aprendieron durante su formación.

Si algún dato positivo más hubiera que marcar en estos simulacros de El Peligro, fue la presencia de numerosos vecinos que, desde lugares seguros, no sólo pudieron observar el desempeño de los bomberos, sino aprender algunos principios básicos en lo que se refiere, fundamentalmente, a la prevención y a las actitudes de apoyo que pueden brindarse.

Bien se conoce que este tipo de episodios –que no sólo se traduce en incendios, sino en derrames tóxicos, en pérdidas de gas, en derrumbes de edificios, entre otras múltiples causas, que en ocasiones obligan a la urgente evacuación de los vecinos- forma parte de las habituales emergencias que la población debe enfrentar, para las cuales hace falta contar con estructuras de defensa suficientemente capacitadas y provistas de recursos.

En ese contexto, importa recordar que en los últimos años se hicieron en nuestra región algunos simulacros de emergencias. Uno fue en el Puerto La Plata, donde se desplegó un enorme operativo para probar y ajustar los mecanismos de reacción ante eventuales incendios en ese complejo.

El otro fue en el Hospital de Gonnet, donde también se pusieron a prueba los sistemas de seguridad y emergencia hospitalaria.

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Debe señalarse, entonces, que este tipo de operaciones constituyen un valioso aporte para la seguridad pública. Son fundamentales la capacitación y el entrenamiento de los bomberos, de los efectivos de defensa civil y del área de salud para actuar ante eventuales emergencias y todos los sistemas de prevención requieren una puesta a punto que sólo es posible con este tipo de preparaciones.

De lo que se trata es de reducir al mínimo los márgenes de riesgo en cualquiera de las emergencias que se produzcan –sean incendios, derrames, escapes tóxicos u otro tipo de emergencias- y contar, al mismo tiempo, con una adecuada planificación y estructura para enfrentarlas.

De allí la importancia de que se organicen los simulacros, que permiten no sólo verificar el funcionamiento de los sistemas de salvataje sino también individualizar las debilidades y fortalezas en cada barrio, así como comprobar la eficacia de los recursos humanos ante eventuales situaciones de riesgo.

Lo que, en definitiva, se requiere es que este tipo de ejercicios y simulacros expresen una cultura preventiva, en un país en el que ese concepto brilla muchas veces por su ausencia. Pero también es preciso que tanto los cuerpos oficiales de Bomberos como los cuerpos voluntarios dispongan de recursos suficientes, tanto en lo que se refiere a los equipos como a la cantidad de efectivos necesarios, en una situación que obliga, básicamente, a los poderes públicos de cada jurisdicción y, asimismo, a la sociedad que debe asistirlos.