De Dinamarca a La Plata: Odin Teatret, el teatro de Eugenio Barba

Como celebración de los 30 años de la Sala 420, se presentó el documental “El arte de lo imposible” sobre la historia del Odin Teatret con la presencia de su creador y director, el italiano Eugenio Barba, quien dio una clase de teatro sobre su vasta experiencia luego de la proyección.

La película es una roadmovie que transita la historia del Odin Teatret a lo largo de sus 50 años, desde la llegada de Barba a Noruega en 1954, donde aprendió el oficio de soldador, marinero y su viaje de estudio a Polonia donde se encontró con el reformador teatral Jerzy Grotowski. Fundado en Oslo en 1964, el Odin Teatret se trasladó a Holstebro (Dinamarca) en 1966 convirtiéndose en Nordisk Teaterlaboratorium, un laboratorio teatral que inició el campo de estudio llamado Antropología del Teatro que lleva más de medio siglo produciendo cultura mediante la interacción de actores provenientes de países de 4 continentes diferentes.

Realizado por la cineasta noruega Elsa Kvamme, el documental acompaña a Eugenio Barba en el festejo de sus 80 años, recorre el refugio antiaéreo en Oslo donde comenzó y según el reconocido director, recién llegado de Dinamarca a la ciudad de La Plata, “hay muchas películas que hablan del Odin Teatret desde un aspecto teórico, estético… pero esta es la película que más me gusta porque habla de la pérdida del propio idioma. Aprendí mucho de chico en la escuela: latín, griego, pero cuando llegué a Noruega no entendía nada y tenía que trabajar. Eso fue una escuela, (…) fue aprender la comunicación humana, los signos físicos de la voz, los gestos, mantener en vida el contacto, rechazar los conceptos o las ideas. Fue la experiencia que más me decidió a hacer teatro”.

Nacido en Italia en 1939, Eugenio Barba ejerció prácticamente toda su carrera en la ciudad de Holstebro (Dinamarca), donde ofició de autor, director de escena y director de teatro e investigador teatral. En 1964 fundó el Odin Teatret, una de las compañías más influyentes en la evolución teatral europea de finales del siglo XX. Sus primeros pasos en Noruega como soldador, fueron los que marcaron su pasión y sus primeros pasos. Su empleador fue su guía: “cuando le mostraba un pedazo soldado me decía, ¿eso es lo mejor que podés hacer? Eso te hacía pensar y volver a mejorar. Yo pensaba que estaba en un lugar de locos, destruyendo material, gastando plata en alguien que hacía cosas que no servían para nada y que era un desperdicio. Y esa persona, entendí mucho más tarde, tenía confianza en mí. Es algo que te queda para siempre y representó el modelo de lo que un líder debe ser. Paciencia. Saber captar a quien no entiende. Ver las potencialidades de su gente. Darle confianza y controlar al mismo tiempo para que su resultado sea el máximo. Porque el resultado no va a nosotros, eso va a alguien. Él me enseñó a soldar y a trabajar, la puntualidad y la relación con las personas”.

Y sobre su entrada al universo teatral, recordó: “Cuando empecé en los 60 ya se sabía lo que era el teatro. Un edificio, gente que compra entradas, se sienta en asientos cómodos, recita textos clásicos, otros modernos y eso era el teatro. No había otra forma de teatro en Europa. Grotowski también pertenecía a esa idea teatral. Era un teatro pequeño con algo de vanguardia, pero esto es para explicar que todo era bastante claro sobre la identidad de lo que se llamaba teatro. Comencé a hacer teatro por la experiencia de ser extranjero, de ser tratado como tonto, considerado inferior. Todo eso hacía que la apreciación de los demás hacia mí resultara exagerada: muy aceptado y exótico como ítalo-noruego para unos y considerado un negro por los más racistas. El teatro para mí fue el lugar para resolver ese problema”.

Y agregó: “Al no poder entrar en ese círculo, en ese teatro convencional de Noruega, aun cuando tenía estudios; comencé con lo que sabía en ese tiempo. Uno trabaja como profesional o como aficionado y yo quería ser profesional. No quería ser profesor de escuela o soldador, quería ganar mi plata y hacer mi carrera con el teatro. Ningún grupo quiso aceptar eso porque los grupos aficionados lo hacen por su propia gratificación. El profesional lo hace por la gratificación de los espectadores. Así nació el Odin sin tener un edificio. Lo que más asombraba a la gente era que hacíamos teatro sin un teatro. Yo mismo estaba inseguro sin escenario sin la separación, sin eso establecido y santificado como un dogma. Mi método es la obstinación de la persona. Cuando alguien me despierta una admiración tal, hace que yo tenga que ayudar. Es muy sano salir de la comodidad y volver a crear. Tenemos la posibilidad de hacer un teatro experimental y que los políticos confíen en nosotros desde hace 50 años”.

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Como consejo para los jóvenes actores, subrayó “más que leer los libros de historia teatral, lean las biografías de los que hicieron teatro” porque ahí se encuentra el verdadero método.

Esta noche, Barba presentará por primera vez en nuestra ciudad la obra “Ave Maria” escrita y dirigida por él, con la actriz inglesa Julia Varley que trabaja junto a Odin Teatret desde 1976. La obra evoca el encuentro con la actriz chilena María Cánepa, en una ceremonia teatral que celebra la fantasía de una actriz que supo dejar una huella luego de su partida.

PARA AGENDAR
“Ave Maria” del Odin Teatret. Hoy a las 20:30 en Sala 420 (42 entre 6 y7). Entradas $300.