Escuelas indefensas ante los ataques vandálicos

El hecho de que una escuela pública del distrito de La Plata haya sido robada por sexta vez en el corriente año, en un episodio que se registró el fin de semana pasada, permite señalar, entre otras conclusiones, que las autoridades responsables y la misma comunidad educativa deben extremar esfuerzos para buscar fórmulas tendientes a mitigar esta seguidilla delictiva, que aflige no sólo a uno sino a muchos edificios escolares y que debe llenar de preocupación a la sociedad toda.

Tal como se informó en la nota publicada en EL DIA, es la Escuela Media Nº 15 de City Bell la que, al parecer, fue elegida como víctima propiciatoria por los vándalos que en seis ocasiones incursionaron en ella y ahora, en los últimos días, se llevaron de la cocina un freezer, un horno microondas y otro eléctrico, además alimentos que habían sido preparados para los alumnos del establecimiento.

Integrantes de la comunidad educativa pusieron de relieve que la escuela fue robada ya seis veces en 2018 y que, en el robo anterior, los malvivientes habían incendiado una de las aulas, a la vez que enfatizaron que no sobran los recursos materiales en la escuela y que, por consiguiente, le cuesta mucho al colegio recuperar esos bienes.

Lo cierto es que la seguidilla de saqueos a las escuelas de la Región se traduce en una preocupación permanente para las comunidades educativas, que sufren las pérdidas de elementos valiosos para la tarea pedagógica.

Ante esta situación se han buscado alternativas para reforzar los sistemas de seguridad de los establecimientos educativos. Sin embargo, estos esfuerzos han resultado, por lo visto, ineficaces. Inclusive se ha pensado en la posibilidad de volver a colocar a serenos en estos centros educativos.

Se ha dicho en esta columna que en el caso de las escuelas, en general los autores cometen desmanes, provocan un gran desorden en las oficinas administrativas y llegan a robar elementos de valor, como computadoras o algún equipo de audio o video. Pero según la metodología que se repite en cada caso, el propósito está más centrado en el ataque vandálico que en el robo. Muchos de los establecimientos que han sido víctimas de este tipo de hechos son, además, modestas escuelas de barrios muy humildes.

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Es evidente que en la mayoría de los casos registrados, el problema adquiere connotaciones y una dimensión más preocupante, que seguramente incluye aspectos relacionados a cuestiones educativas, sociales y culturales que debieran ponderarse.

Más allá de confiar en que los vecinos puedan eventualmente brindar algún tipo de ayuda de tipo testimonial, lo que urge es que el Estado –en este caso la Policía- extreme recursos y despliegue las mínimas tareas de inteligencia necesarias, para detener a los autores y defender así el patrimonio de las escuelas, revirtiendo la indisculpable situación de indefensión en que se encuentran.