El Hospital de Niños superó su récord de trasplantes renales

Contra las ocho intervenciones que venía realizando en promedio por año, el sábado pasado alcanzó las trece. No descartan que la Ley Justina haya incidido

Edición Impresa

NICOLÁS MALDONADO
nmaldonado@eldia.com

Tras años de estar en diálisis en el Hospital de Niños, cuando faltaban apenas unos días para que cumpliera 18 años y ya no pudiera seguir atendiéndose allí, el sábado pasado Yolán pudo finalmente recibir un riñón. Más allá de constituir el comienzo de una nueva vida para ella, su trasplante marcó un récord histórico para ese centro, el primero y único de la Provincia que realiza implantes renales a menores de edad.

Contra un promedio de ocho intervenciones anuales, la Unidad de Trasplante Renal del Hospital de Niños Sor María Ludovica llegó a operar este año a trece niños y adolescentes con insuficiencia renal que estaban en lista de espera para recibir un riñón. De esta forma el 2018 se convirtió en el de mayor producción para este equipo pionero que lleva realizados 98 trasplantes pediátricos desde su creación en 2002.

Si bien ya a mitad de año el número de trasplantes renales realizados en el Ludovica hacía prever que éste podría ser un año récord, los integrantes de la Unidad de Transplante no descartan que el logro se haya debido también a la entrada en vigencia de la Ley Justina. Se trata de la norma que modificó el régimen de donación de órganos estableciendo que todas los argentinos mayores de edad son potenciales donantes salvo que hayan expresado lo contrario, lo que aumentó la disponibilidad de órganos en todo el país.

UNA NUEVA VIDA

A cargo del médico Carlos Cobeñas, la Unidad de Trasplante del Ludovica atiende alrededor de 500 consultas anuales de chicos y chicas con insuficiencia renal, una condición que consiste en un funcionamiento deficiente de sus riñones, lo que impide que estos filtren las sustancias tóxicas del organismo para eliminarlas luego al hacer pis.

En los pacientes pediátricos la insuficiencia renal terminal puede ocurrir por anomalías genéticas del árbol urinario, enfermedades quísticas o bien como consecuencia de enfermedades adquiridas, entre las que se encuentra el Síndrome Urémico Hemolítico, más conocido como SUH.

Si bien los trasplantes renales constituyen intervenciones complejas sobre un número reducido de pacientes, resultan imprescindibles para que aquellos que los necesitan no sólo puedan vivir por más años sino que puedan hacerlo con mayor calidad.

Ocurre que en el 90% de los casos los trasplantes renales pediátricos resultan exitosos: con los controles adecuados los chicos dejan de depender de agotadoras sesiones de diálisis y pueden hacer una vida normal a los tres meses de la intervención. La posibilidad de recibir un órgano “permite que puedan volver a la escuela, revincularse socialmente, hacer actividad física, jugar y recuperar la vida que todo niño merece”, señalan los integrantes del equipo profesional.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE