¿Hackeo o arrepentimiento?: confuso episodio con Rojas y Castro

Edición Impresa

Para Sabrina Rojas y Luciano Castro, la paz y el amor del espíritu navideño se esfumó nada más terminaron de brindar en la madrugada del 25. ¿El motivo? Unos enigmáticos y preocupantes mensajes, que incluían denuncias de violencia, en las redes sociales de ella, que después atribuyó a un “hackeo”.

“Al psicópata, violento, drogadicto alguien lo tiene que parar”, fue la advertencia en letras mayúsculas que en las últimas horas del martes pudo leerse en una historia de Instagram de Rojas. La catarata de especulaciones no tardó en caer. Periodistas, seguidores y no seguidores de la ex modelo se preguntaron a qué se refería con ese mensaje que también anunciaba: “Por fin me voy a liberar... Te voy a sacar la careta... Te respeté mucho tiempo... Lloré y callé. Lamento todo lo que va a suceder después... no por vos, por la gente que realmente te quiere y por todos los que creen que sos una gran persona. Sobre todo tres que te admiran”. Y avisaba: “Tengo testigos”, y “mirá cómo me pongo”, un parafraseo de la consigna surgida tras la denuncia de Thelma Fardin contra Juan Darthés por violación.

Tras semejante amenaza pública, a Rojas le llovieron las llamadas de familiares, amigos, colegas y periodistas que quisieron saber si en efecto el supuesto acusado era su esposo, Luciano Castro, padre de los “tres” hijos -dos de ellos con la ex participante del “Bailando”-, que lo “admiran”.

Hubo que esperar algunas horas para que, ya en la madrugada de ayer, Rojas apareciera en su Instagram con una nueva historia, denunciando los hackeos a su cuenta y a la de su esposo: “Gracias a todas las personas que se están preocupando, me explota el teléfono, no suelo estar despierta a esta hora, pero tanto a Luciano como a mí nos hackearon”, escribió desde sus vacaciones familiares en Mar del Plata.

En el caso de Castro, el ataque virtual que condenó Rojas refería a la captura de pantalla de una misteriosa conversación con una mujer que apareció en su Instagram: “Decime qué querés”, decía él, y la mujer: “Que dejes de ser un fantasma y conocerte. Pero no sé quién escribe del otro lado y no voy a quedar como una goma total que creo que lo estoy haciendo ya. Tantos Luciano Castro hay”.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE