El futuro de una cooperativa moviliza a pueblos originarios
Edición Impresa | 28 de Diciembre de 2018 | 02:51

Bajo la consigna “Derecho a la identidad, lengua y cosmovisión”, un grupo de mujeres que pertenecen al Consejo de Comunidades Indígenas de La Plata se concentró frente a la Municipalidad para exigir igualdad de condiciones y respeto a la diversidad. “Queremos que se cumpla con lo que prometió el intendente Julio Garro y es mantener la cooperativa que nos permite hacer un trabajo comunitario con el que atendemos a 50 niños, les enseñamos nuestra lengua y alimentamos según nuestra cultura”, sostuvo María Ochoa, referente del grupo indigenista.
El reclamo se originó por el despido de 11 madres cuidadoras del programa wawa wasi casa del niño indígena - 37 N 85 entre 118 y 119 - que quedaron sin la asignación que les otorgaba el Municipio en febrero 2016. En ese momento cada una percibía unos 3500 pesos, ahora se cree que esa suma debe rondar los 7 mil pesos.
“El señor intendente - Julio Garro - se comprometió personalmente a restituir al personal, pero hasta la fecha no cumple y el centro corre riesgo, día a día se deteriora cada vez mas”, explicó María Ochoa,
También se denunció que se cambió la cerradura y ya no pudieron ingresar al edificio que se encuentra en 18 entre 51 y 53 y que pertenece a la Comuna, allí desde hace 16 años se ofrecían talleres de lengua, cosmovisión, apoyo escolar y horticultura, de acuerdo a la visión de los pueblos originarios. En ese marco, las manifestantes indicaron que cuatro mujeres fueron despedidas del Consejo de Comunidades indígenas.
“Cambiaron la cerradura sin aviso alguno y no pudimos entrar mas; el centro es intercultural y hasta se abordaba la enseñanza de la alimentación soberana”, dijo la dirigente.
Con relación a la protesta realizada frente al Palacio comunal Ochoa indicó que ningún funcionario recibió el reclamo.
“Éramos parte de una cooperativa de comunidades indígenas y de acuerdo a leyes provinciales y nacionales, tenemos derecho a hacer trabajos dentro de nuestra cultura y el Estado debe mantener y sostenerlo”, agregó María Ochoa.
Se aclaró que la tarea cultural y asistencial que se realiza en la sede indigenista de barrio Hipódromo es de manera voluntaria hasta que las autoridades municipales resuelvan el planteo.
“Tenemos 52 niños de lunes a viernes en doble turno, les damos desayuno, almuerzo y merienda; también se les enseña identidad, horticultura y cerámica, pero por sobre todo a respetar a la Madre Tierra”, sostuvo la dirigente.
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